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Corto

Viviana Heinse comparte con nosotros el cortometraje filmado tiempo atrás en Las Moscas, basado en la historia con la que alumnos de la Escuela Nº 25 "General José de San Martín" ganaron el Primer Concurso Nacional de Cuento Ilustrado "El agua que nos da la vida".

Cortometraje
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"Extraño huesped", el cuento que sirvió de guión para el cortometraje, fue realizado por Fabián Oscar Burgos, Mario Daniel Huck, Juan Cruz Saldivia, Federico Videla Binsak, Paola Yohana Lescano, Liliana Vanesa Retamar y Jessica Valeria Rodríguez, quienes entonces cursaban el último año de la primaria; y este trabajo fue seleccionado entre los más de mil cuentos que participaron del certamen, organizado por el Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación y el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social, con el apoyo de UNICEF y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Y como nos dice Viviana, "la verdad que es un orgullo ver a los chicos y a nuestro pueblo!."

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Una cara distinta...

El periodista Rubén Denis ha publicado en su blog en el portal de noticias "El Entre Ríos Digital", que se edita en la ciudad de Colón, un artículo titulado "RESPONDE: una cara distinta de la debacle ferroviaria":

(...) no todo está perdido y no toda iniciativa de recuperar bienestar o dignidad está vinculada a iniciativas que partan del estado.

Antes de la muerte de Néstor Kirchner, y durante muchos días, la prensa nacional se ocupó desde sus primeras páginas de la muerte del militante de Partido Obrero, Mariano Ferreyra, a manos de supuestos integrantes de la fracción sindical Unión Ferroviaria. Esa lucha, en este caso entre este sindicato y grupos de trabajadores ferroviarios temporarios que pugnaban por ser incorporados a planta permanente, desnudó una vez más la cara de otra tragedia argentina. En este caso, la de un sector que en algún momento fue neurálgico para el desarrollo argentino y que hoy yace desquiciado, cooptado por empresarios inescrupulosos y por gremios corruptos. El desastre del sistema ferroviario es tal que, a pesar de que el único servicio importante de transporte de pasajeros como es el del Gran Buenos Aires recibe un increíble subsidio mensual de 1100 millones de pesos, éste es malo, impuntual, ineficiente, incomodo, y los únicos verdaderos beneficiarios parecen ser sus empleados y los empresarios que manejan las concesiones.

Pero todo lado oscuro suele tener su contracara. El colapso casi total del sistema ferroviario nacional durante los noventa trajo aparejado no solo una problemática de despoblamiento y crisis de más de 600 localidades del interior sino también la aparición de organizaciones innovadoras y competentes como RESPONDE. RESPONDE es una muy activa ONG que promueve oportunidades económicas y sociales entre los pequeños pueblos diezmados a partir del desquicio ferroviario, a partir de los recursos locales existentes, que en muchos casos no son pocos. Con la ayuda de empresas privadas y de fundaciones sin inclinaciones políticas ha logrado implementar planes que ya han ayudado a más de 270.000 personas. Programas tales como Producción y Trabajo o Pueblos Autosustentables se han llevado a cabo con éxito en provincias tan dispares como Buenos Aires, Catamarca, Neuquén, Córdoba, La Pampa, Santa Fe, y por supuesto Entre Ríos (en pueblos como Irazusta y Parera).

En la convocatoria dentro de la región pampeana para el concurso "Buscando Pueblos que Responden 2010" se presentaron varios pueblos de nuestra provincia, resultando ser a la postre uno de los ganadores la localidad de Las Moscas, en el Departamento Uruguay. Como premio, y con el apoyo de la Fundación Cargill, se ha buscado entonces beneficiar a esta comunidad implementándose un plan que consiste en capacitar a las familias rurales en varios rubros agroalimenticios, lo que ha de permitirles a sus pobladores aprovechar los recursos materiales y naturales a su alcance para mejorar su alimentación y optimizar sus economías familiares, mientras luchan por superar problemas de distancia y de ocasional aislamiento.

Las Moscas, un pueblo que hoy cuenta con unos 450 habitantes, organizó entonces el pasado 11 de octubre una exitosísima feria local con la presencia de productores rurales y también de artesanos del pueblo. La feria se planteó como un motor de desarrollo e integración, buscando que comunidades y ciudades vecinas tomaran conciencia de la situación en que viven los mosqueños y lo que están haciendo para superarla, ahora de la mano de RESPONDE.


Como pueden ver, no todo está perdido y no toda iniciativa de recuperar bienestar o dignidad está vinculada a iniciativas que partan del Estado. Casos emblemáticos como este deben servirnos de lección para entender que todos debemos tener un mayor grado de responsabilidad social y que no podemos esperar que el Estado, que muchas veces lo hace por egoístas cuestiones políticas, sectoriales y definitivamente interesadas, se ocupe siempre de nosotros. Para ello debemos asociarnos y trabajar en equipos, definir objetivos comunes, y mucha veces solo alcanza con identificar con cierto oficio alguna de las innumerables sociedades civiles y sin fines de lucro ya en funcionamiento, a la cuales uno se puede unir para empezar a sumar. De eso se trata, de recuperar éticas y místicas, que este estado embrutecido de hoy ya no parece estar en condiciones de ofrecernos. La tragedia que involucra a la Unión Ferrioviaria ha sido una clara muestra de ello.

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Así fue la feria

En el grupo creado por la Asociación RESPONDE en la red social Facebook, fueron publicadas algunas fotos de la feria que se realizó el día lunes 11 de octubre pasado.

Feria en Las Moscas

La feria se llevó a cabo en el marco del programa PAS (Pueblos Autosustentables), impulsado por la Asociación RESPONDE y la Fundación Cargill y en el que está participando Las Moscas desde el mes de abril, luego de haber sido el pueblo seleccionado para representar a la provincia de Entre Ríos en la convocatoria "Buscando Pueblos que Responden 2010".

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El décimo encuentro

El pasado domingo 10 de octubre se llevó a cabo el Décimo Encuentro Mosquero, con una asistencia estimada por los organizadores en más de 350 personas, que pudieron disfrutar del almuerzo y los espectáculos.

Decimo Encuentro Mosquero

Es de destacar la excelente atención brindada por parte de los integrantes de la Comisión de la Capilla San Lorenzo, permitiendo así a todos pasar un día pleno de emociones, anécdotas y recuerdos...

Decimo encuentro mosquero 2010

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A modo de comentario, debemos decir que el primer video de esta lista fue realizado por Emanuel Heinse, autor del blog "Las Moscas y los mosqueros" como una "sorpresa" para proyectar en el encuentro, lo que lamentablemente no se pudo realizar.

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Las Moscas mostrará su progreso en una feria local

Este es el título de la gacetilla que recibimos desde el Área de Comunicación y Prensa de la Asociación RESPONDE, y dice así:

Los habitantes de Las Moscas avanzan con los preparativos para la feria local en la que exhibirán sus productos y artesanías. El evento se llevará a cabo el 11 de octubre y será una oportunidad para mostrar los progresos logrados a través del programa Pueblos Autosustentables, que llevan adelante desde abril la Asociación Civil Responde y la Fundación Cargill.

El evento se realizará en un espacio abierto, de acceso público, con la presencia de la mayor cantidad de productores y artesanos del pueblo. Además, se convoca a todas las familias de comunidades cercanas al pueblo que quieran visitar y acompañar a los mosqueros en este evento.

La feria está planteada como un espacio de encuentro y socialización de las producciones, y tiene como finalidad generar una oportunidad económica y social que beneficie a la comunidad en su totalidad. Busca promover los recursos económicos y humanos del pueblo para generar un motor de desarrollo.


A través de "Pueblos Autosustentables" -programa que se lleva adelante en otras cuatro localidades de la región pampeana– las familias rurales se capacitan en varios rubros con la finalidad de que la comunidad pueda aprovechar y optimizar los recursos materiales y naturales que están a su alcance. Esto les permite lograr una buena alimentación y vida saludable, optimizar su economía familiar y superar los problemas de distancia y ocasional aislamiento que muchas veces enfrentan quienes viven en los pequeños pueblos.
Las Moscas es un pueblo rural entrerriano de alrededor de 450 habitantes que fue seleccionado a partir de la convocatoria "Buscando Pueblos que Responden" realizada a principio de año por la Asociación Responde y la Fundación Cargill.

La feria NO se suspende en caso de lluvia.

¿Cómo llegar? Las Moscas se encuentra situado a pocos kilómetros de la ciudad entrerriana de Villaguay, a la que se llega a través de la rutas nacionales 18 ó 130.

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Llega la feria en Las Moscas!

Mariel von der Wettern, del Programa "Pueblos Autosustentables" de la Asociación RESPONDE, nos informa lo siguiente:

Gabriel, cómo andas?

En este caso, te molesto porque quería contarte que el sábado 9 de octubre la comunidad de Las Moscas estará realizando la primera feria local en el marco del programa PAS.

Para la comunidad de Las Moscas es importante recibir apoyo de todos nosotros en este camino que están emprendiendo. Ya pasaron por algunos meses de trabajo y capacitaciones, tuvieron la oportunidad de contar con un stand en La Rural de Villaguay, quedando muy conformes y motivados con los resultados obtenidos. Ahora llega la fecha en que Las Moscas abre sus puertas al resto de las comunidades para que los visiten y disfruten de los productos típicos del pueblo (comida, artesanías, conservas, dulces, etc).

Por esta razón, sería un gusto poder contar con tu apoyo en la difusión de la feria. Para la comunidad de Las Moscas es muy importante saber que hay gente que los apoya y que confian en lo que están trabajando.

Tambien contamos con tu colaboración para difundir e invitar a familiares, vecinos y amigos a la feria y poder hacer de este espacio un lugar de encuentro y socialización, colaborando con el desarrollo social y económico de Las Moscas.

Nuestra propia feria![Clickeá sobre la imagen para agrandar]

Ahora te pido si podés poner en el blog esta información que te adjunto, invitando a las familias de Las Moscas a anotarse en la feria para participar con sus productos. Luego en la semana te estaré pasando una gacetilla con más información sobre la feria, horarios, etc. para difundir y que la gente tanto de Las Moscas como Villaguay y otras comunidades se entere y puedan asistir a la feria.

Muchas gracias!

Mariel

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Navegando en la laguna

"La Bigornia Multimedia" es una revista en formato digital que se edita en la ciudad de Villaguay y publica artículos muy interesantes. En uno de ellos, publicado hace algunos meses atrás y titulado "Lugares para clavar la estaca", se incluye este artístico video, filmado en la laguna de la Estancia Las Violetas, muy cerca de Las Moscas.

Navegando en la laguna de la estancia Las Violetas

[Clickeá sobre la imagen para ver el video]

El video fue realizado por Mauricio Arias, "Monengo" Cuevas y Dardo Bianchi.
Y a los que conocieron la balsa del Raigón, este video seguramente les traerá muchos recuerdos...
Disfrutenlo.

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Carta a redacción

Viviana Heinse nos acerca una carta escrita por Julio César Bel, que fuera publicada a principios de Marzo de 2007 en la sección llamada "Dígalo usted mismo...!" de "El Diario" de la ciudad de Paraná. El título original era "Cuando unos mueren y otros esperan" y fue publicada de manera resumida como "S.O.S. de pueblos".
Dice así:
Paraná - Entre Ríos, 28 de febrero de 2007.-

Dr. Luis P. Etchevehere:
Deseando tenga la deferencia de publicar en su prestigioso matutino un S.O.S de los pequeños pueblos de nuestra provincia, como bien mencionaba El Diario días pasados, la agonía de diecisiete pueblos (en lo personal considero que triplican esos números).
"En la lista de espera" se menciona un pueblo llamado Las Moscas, un pueblo a la vera de las vías del ferrocarril Gral. Urquiza, Dpto. Uruguay, al límite con el Dpto. Villaguay, centro de nuestra provincia.
Medio siglo atrás, en ese distrito Las Moscas, nací yo, entre ese pueblo y Urquiza o Villa San Marcial, nombre de estación el primero, y el segundo del pueblo anteriormente mencionado. Pero orgullosamente yo soy "mosquero", como nos llaman en la zona a los nacidos en ese lugar, pueblo al que visito periódicamente. Un lugar donde llegamos desde el campo, con el objetivo de buscar una mejor calidad de vida (año 1970 aprox.). El mismo nos permitía poder estar más cerca de la escuela, ver una calle iluminada (año 1971 aprox.) y algunas calles con ripio (fin 1960 aprox.) y... tener un almacén más cerca, que ya era un gran paso para nuestras vidas. Ya no caminábamos dos horas para ir a la escuela, o una de a caballo, cuando este último medio era posible. Conformábamos en el campo una vecindad compuesta por doce familias, todos pequeños productores de campo. Allí nacimos diez hermanos, casi todos mirando al sur (Buenos Aires}. En lo personal, termine mi séptimo grado, y con alegría y tristeza partí un mes de Marzo de 1972 en busca de otros objetivos, hasta llegar a la ciudad donde estaba "la solución", la esperanza, trabajo, estudio, etc. Devenires de la vida quisieron que en la década del año 1980 me instalara con peluquerías para damas que aún poseo en la ciudad de Paraná.
Sr. Director, Ud. me preguntara si quiero contarle mi vida o solamente de los que, cuando unos mueren y otros esperan...
El mencionado título de los muertos y de los vivos en espera, me refiero a un pasado no tan lejano ya que visito a mi pueblo donde vivimos mis padres y hermanos, algunos ya fallecidos; los "sobrevivientes" de aquella época todavía "próspera". Hoy señor director puedo decirle con mucha tristeza que sólo visito un pueblo de muertos y los últimos sobrevivientes que estoicamente esperan su turno.
Ya no están los doce vecinos de aquella campiña donde nací, ya no hay caminos, ya no hay trenes, ya no hay un puente para ingresar al pueblo, sólo una vieja calzada que con dos gotas de "mala muerte" aíslan al pueblo por días o por semanas. No hay centro asistencial para los necesitados, sólo queda el viejo hospital transformado en un depósito de lo que no tiene nada. No hay médicos (salvo quién pueda pagarlos). No hay una escuela secundaria. No hay trabajo. No hay calles en el pueblo, las existentes casi se encuentran tapadas por los yuyos y un gran abandono.
¿Dónde están los mil quinientos - dos mil habitantes que fuimos en un tiempo? Hoy solo habitan en ese lugar unas 300 personas (sobrevivientes de la época antes mencionada).
Pregunto cómo un pobre hoy puede trasladar un enfermo a la ciudad de Villaguay y pagar cuarenta pesos (en un medio privado) el traslado para llevarlo a otra miseria un poco mejor, al hospital Santa Rosa. Ni mencionar de un sanatorio...
Sr. Director, ¿Qué les dicen los políticos de turno a estos sobrevivientes en campañas electorales?, ¿Qué les prometen?, ¿Qué les auguran? ¿Mejor calidad de vida? ¿Bienestar? ¿Salud? ¿Trabajo para todos? ¿Seguridad? ¿Caminos? ¿Educación? ¿Igualdad social? y la mejora de todos los servicios antes mencionados son sólo caramelos de campaña.
No queremos autopista. ¡Por favor, que no nos prometan eso! Solamente aspiramos, entre otras coses, a que no se olviden de estos pueblos que fueron pioneros de una colonización (judíos, alemanes, turcos, "gringos").
Pregunto al Sr. Presidente de la Junta de Gobierno si no siente vergüenza de ver a su pueblo en el estado calamitoso en que se encuentra.
Hace escaso tiempo pasado, nuestra escuela N° 25 General José de San Martín, donde yo terminé mi séptimo grado, vivió una gran fiesta. Fiesta con esfuerzo del personal de la misma, comisión organizadora, compueblanos, ex docentes y tantas otras personas que logramos con nuestro aporte que sea posible ese gran reencuentro. Más de setecientas personas de distintos puntos del país regresaron a su pueblo natal y fue muy emotivo reencontrarnos con docentes, ex alumnos, amigos, compañeros de la infancia y con los últimos héroes "sobrevivientes" del pueblo mencionado.
¿Qué miran esos sobrevivientes? ¿Qué esperan esos sobrevivientes? Miran con gran dolor la partida de su "último muchacho". ¿Qué esperan? Que pase el tiempo; que pase el tiempo lo más rápido posible para que la "duración" no sea tan cruel y esperar valientemente el desenlace final "de nuestros muertos vivos y de los vivos que esperan su turno". En mí nombre y en el de mis compueblanos les saludamos cordialmente.

Julio César Bel
D.N.I.: 13.130.835
San Martín 1505 - Paraná

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Las Moscas, presente en la Exposición Rural de Villaguay

Nos dice Pedro Pioli:

Este fin de semana pasado, 6 - 7 y 8 de agosto, un grupo de copoblanos, algunos muy jóvenes, han representado (y muy bien) a la localidad de Las Moscas en la Exposición Rural realizada en Villaguay haciendose presentes con un stand en el que mostraron y promocionaron varios productos realizados por gente mosquera.
El espacio físico ocupado fue punto de encuentro de muchos visitantes, quienes llenos de emoción festejaron este acontecimiento. Se pudieron ver abrazos interminables y varias lágrimas... como también algunos cuentos, recuerdos y bromas en un clima muy familiar.


Las Moscas en la Exposicion Rural de Villaguay

Un verdadero orgullo para todos... FELICITACIONES...!!! Y a seguir con estos empredimientos... demostrando así que desde pequeños y hasta olvidados pueblos, "se quiere y se puede..."

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Filmando en el pueblo...

El portal digital "NoticiasVillaguay" publicó días atrás la siguiente noticia:

Una productora de Buenos Aires filmará entre mañana y el jueves en Las Moscas la historia con la que alumnos de la Escuela Nº 25 "General José de San Martín" de esa localidad ganaron el año pasado el Primer Concurso Nacional de Cuento Ilustrado "El agua que nos da la vida".

El trabajo realizado por Fabián Oscar Burgos, Mario Daniel Huck, Juan Cruz Saldivia, Federico Videla Binsak, Paola Yohana Lescano, Liliana Vanesa Retamar, Jéssica Valeria Rodríguez, quienes por ese entonces cursaban el último año de la primaria.

El trabajo fue seleccionado entre más de mil cuentos que participaron del certamen, organizado por el Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación junto con el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social, con el apoyo de UNICEF y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Y por ese motivo, en marzo pasado los estudiantes viajaron a Buenos Aires, donde recibieron los premios de manos de los ministros de Educación, Alberto Sileoni; y de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.

Desde entonces, la escuela cuenta con una biblioteca de más de cien títulos, un televisor plasma, una videoteca y una "juegoteca". Pero otra de las gratificaciones del certamen era la filmación de la historia, que se concretará esta semana.

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Recuerdos de un mosquero en Córdoba

Desde la ciudad de Córdoba, Jorge Knoll nos acerca sus recuerdos del pueblo:

Hola, chicos:

No se quién o quiénes son los que ponen este blog en la web pero lo he encontrado y me ha causado gran emoción.
Yo nací en Las Moscas y viví allí hasta los once años. Siempre he vuelto a visitar a mis abuelos, a don Juan Knoll, el zapatero y a doña Cecilia Riedel de Knoll, hoy ya fallecidos. También tengo allí a mis tíos Margarita Knoll y "Licho" Noguera, mis primos, a quienes les mando un beso y todos mis cariños. Por el lado de mi mamá también saludo a las familias Bolig y Cornejo, porque allí tengo también a muchos primos.
Actualmente vivo en Córdoba y soy periodista. Tengo 44 años. Cada vez que me preguntan de dónde soy, contesto que he nacido en Las Moscas, y en más de uno provoco una sonrisa, por el nombre de nuestro gran pueblo.
Las imágenes que tengo siempre presentes son las del arroyo y sus crecidas periódicas, todo un acontecimiento para los habitantes del lugar. La vieja comisaría que estaba al lado de las vías, un ranchito con calabozo, que después fue trasladada al lado de la cancha, en un edificio más moderno. El fútbol que he jugado en la canchita de la escuela. El salón de Brun. La iglesia con San Lorenzo como figura máxima. Las fiestas patronales con los juegos para los niños y los sorteos para los parroquianos. El Hospital, allá, cerca del "Chaco", como llamábamos a ese barrio alejado y próximo a un brazo del arroyo. Los galpones del Fondo Comunal, al lado de la estación de trenes, donde mi viejo Vicente Knoll recibía cereales que los colonos traían desde el campo para la época de las cosechas. La "Altura", ese barrio tan lindo que estaba cerca de la cancha de fútbol del pueblo. Lo de "Angelillo", ese bar que ninguno que quisiera conocer el lugar podía esquivar. El negocio de Cirlin, verdadera proveeduría para todos los lugareños, donde se vendían todo tipo de mercaderías, desde papas hasta nafta o cubiertas para los autos. La cabina telefónica, atendida por don Córdoba en la esquina de la manzana de mi casa, pegado a lo de don Tito Pioli. El negocio de la Bocha, donde compraba la revista "Goles" después de que el camión de transporte "Rutazul" traía las revistas los martes a la tarde. La panadería de los Solano, que tenían una canchita de fútbol propia donde he jugado muchas veces, y el local de elaboración y depósito de leña en una esquina característica. El correo que atendía la señora de Italo Cattáneo, el carnicero. La sodería de Japeto Dening, que repartía los sifones en un camioncito todo desvencijado. El bar de Don Sivak, adonde siempre encontraba a mi abuelo materno don Enrique Bolig, quien me compraba caramelos. El bar de Noguera, enfrente de la cancha, donde los más viejos jugaban a las bochas y tenían un anotador de tantos clavado en un árbol. El Fondo Comunal, adonde trabajaban Pata Córdoba y Nungo. La estación de trenes atendida por don Weber, hincha de Estudiantes de La Plata y entonces presidente de la junta de gobierno. Estación en la que también trabajaba don Stagnaro, padre de Miguel y del otro muchacho, apodado Manfoca, que combatió en Malvinas y que es un verdadero orgullo para el pueblo.

Se me pone la piel de gallina. Porque ese es mi lugar en el mundo. El traslado de mi viejo por razones laborales me arrancó de allí y empezó a andar mi vida por otros lados. Pero un pedazo grande de mi corazón se quedó en esa porción de tierra. Lo más importante es que cada uno de nosotros respondamos con orgullo esas dos palabras ante la pregunta sobre nuestro origen. Que no perdamos la oportunidad de decir que somos "mosqueros". No "moqueros", como acá en Córdoba se estila decirles a los que se equivocan muy seguido. "Mosqueros", una raza de buena gente.

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Las fotos de Marta

Desde Concepción del Uruguay, Marta Grassetti nos envía algunas fotos de la zona rural de Las Moscas, y especialmente de los campos que pertenecieron a sus abuelos Jorge Collet e Isabel Sillem, donde su familia vivió entre 1918 y 1948.

Fotos de Marta

En una de las fotos se puede ver el monte donde está la tapera de lo que fue la casa de Carlos Sillem, hermano de mi abuela Isabel Sillem. Allí vivió Luisa Sillem de Bungener, mi bisabuela. Esa casa perteneció luego a Domingo Pioli. En la gran puerta que comunica la cocina con el comedor, existía una pequeña ventana con un mostradorcito, por donde se pasaba la comida sin que los cocineros ingresen al privado ámbito del comedor... Otras épocas...
También hay muchas fotos de la casa que perteneció a mis abuelos y donde más tarde vivió mi tío Roberto "Toto" Collet... Actualmente la habitan sólo algunos meses al año, cuando hay arroz; ahora pareciera que es sólo galpón!!!... Y bueno... Por lo menos aún está en pie!!! Se puede ver el zaguán con la angosta escalera al altillo y la chimenea de barro cocido.
Hay otras fotos del campo árido antes de llegar al arroyo Moscas, con arena blanca y bañados. Las tierras blancas son muy salitrosas, por eso la vegetación cambia tanto en pocos metros... ¿Restos del antiguo mar que cubría Entre Ríos hace millones de años?
Se ve también el puente de palos sobre el arroyo Moscas (bueno... lo que queda del puente...!!!). Fué construído por los vecinos y gente de Santa Anita, para pasar a buscar arena al río Gualeguay para la construcción de la iglesia de Santa Anita. No recuerdo en qué año, pero sería fines de 1800 o principios de 1900; el camino pasaba delante de la casa. Se robaron los durmientes de arriba, de a poco.
También hay un par de fotos de los árboles y molino donde antes estaba la casa de la familia Baccón. Tantos recuerdos reemplazados por... SOJA!
Un saludo grande.


Marta

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Mateada en Las Moscas

Recibimos en el día de hoy una convocatoria muy interesante por parte de Mariel von der Wettern, del Programa "Pueblos Autosustentables" de la Asociación RESPONDE, donde nos dice lo siguiente:

Gabriel, cómo andas?

Quería contarte que el sábado 3 de julio a las 16 horas, estamos convocando a la comunidad de Las Moscas a que vengan a reunirse a la comuna, para organizar el espacio de radio que les cedió el periodista Miguel Sesa en Villaguay.

El encuentro será en el marco de una mateada (lo programamos después del partido y después de la siesta así que no nos pueden fallar!), y en conjunto con los capacitadores y la comunidad de Las Moscas comenzaremos a trabajar sobre aspectos de la comunicación que los favorecerá en los vínculos internos y externos, buscando potenciar las actividades sociales y económicas de la comunidad.

Armemos nuestra radio !!![Clickeá sobre la imagen para agrandar]

Entendemos que esta oportunidad de que Las Moscas pueda tener su espacio de radio, es importantísimo y tenemos que aprovecharla, para seguir sumando espacio de comunicación que les pemita relacionarse no solo con ellos mismos sino también con las ciudades vecinas, y potenciar de esta forma su comunidad.

Podrías poner esta info en el blog de Las Moscas?, nos estarías ayudando mucho con la convocatoria que estamos realizando, ya que para nosotros es un gran esfuerzo económico y de tiempo, y lo estamos organizando para ellos y no quiero que la gente lo desaproveche.

Desde ya muchas gracias, y avisame si hay alguna duda.

Cariños,

Mariel

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Viviendas para Las Moscas

Compartimos la información publicada en el sitio digital de noticias de la emisora "Riel FM" de Basavilbaso:

El IAPV construirá 10 viviendas en Las Moscas

En los próximos sesenta días el IAPV licitará la construcción de un grupo habitacional de 10 viviendas en la localidad de Las Moscas (Departamento Uruguay). Así lo informó el titular del organismo provincial, Julio César Aldáz, al término de la reunión de trabajo que mantuvo con integrantes de la Junta de Gobierno de esta pequeña comunidad rural.
El funcionario destacó la política de viviendas del gobierno provincial que procura garantizar un techo digno a la vida familiar y brindarles las condiciones necesarias para el desarrollo del poblador en las pequeñas y medianas localidades, evitando la migración interna hacia los grandes centros poblados, generando más infraestructura para que sus habitantes desarrollen sus tareas y vivan en su lugar de origen.

Aldáz junto a integrantes de la Junta recorrieron distintas obras[Clickeá sobre la imagen para agrandar]

El ex intendente de Basavilbaso resaltó el esfuerzo y el trabajo que a diario desarrollan las diferentes Juntas de Gobierno en el territorio provincial, tratando de mejorar las condiciones de vida de su gente para construir espacios adecuados para el desarrollo de sus comunidades. Por su parte, el Presidente de la Junta de Gobierno de Las Moscas, Lorenzo Rotela, destacó las acciones concretas del gobierno de Sergio Urribarri en apoyo de las pequeñas comunidades rurales como la repavimentación de la Ruta Provincial 20 en el tramo que une Las Moscas con Villaguay, una obra largamente reclamada durante décadas por las diferentes comunidades que tienen a esta arteria como única vía de comunicación, que tiene una inversión de $ 87.898.452,57, que beneficiará a su localidad con un nuevo acceso que tendrá una longitud de 2.288 metros en un ancho de 7 metros y la construcción de un puente de hormigón armado de 60 metros de luz, que evitará el aislamiento que causa el arroyo cuando crece en los días de abundante lluvia.
Rotela valoró la licitación de la primera etapa del sistema de desagües cloacales incluido en el Plan "Obras para Todos los Argentinos", cuyos trabajos mejorarán las condiciones de vida de los habitantes de nuestro pueblo. Además resaltó la tarea que llevan adelante en forma conjunta el gobierno nacional y la administración provincial para brindarles esperanza y bienestar a nuestros habitantes, pensando en el futuro de sus hijos y nietos, como es la inclusión de pequeñas comunidades al Plan de Desarrollo Gasífero como Las Moscas, San Marcial, y Libaros que firmó el gobierno entrerriano con la empresa GasNEA.
Finalmente, el jefe comunal dijo que el gobierno provincial le otorgó un aporte de 12.520 pesos destinado a solventar los gastos del cerramiento del tinglado ubicado en la parte posterior de la Junta para guardar maquinarias y herramientas.

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Días de clase en las colonias judías

En su edición de hoy, domingo 30 de Mayo, "El Diario" de Paraná publica en su suplemento dominical un artículo escrito por Jorge Riani y titulado "Las escuelas idisch que edificaron la Argentina en el medio de la nada", sobre los colegios judíos, ya que entre 1908 y 1912 se abrieron 43 establecimientos educativos para colonos.

DÍAS DE CLASE EN LA COLONIA. Salomón Magrán nació en Colonia Curbelo, en 1918, y vivió su infancia en Las Moscas. Así narró sus días de escuela en la colonia:
La juventud en el campo era muy activa y no sólo en los trabajos agrícolas, ganaderos y avícolas. También culturalmente se cultivaban.
En todos los lugares había escuelas, las dos escuelas: idisch y castellana. Había una biblioteca y las salidas eran los sábados a la tarde, que no trabajábamos. Nos juntábamos en la biblioteca. Para ir a la escuela tenía que recorrer tres kilómetros a caballo. En mi familia había músicos y mi papá creyó que yo podía ser uno de ellos. Me compró un violín. Yo salía de mañana, de un lado llevaba una bolsita de comida; la clásica bolsita de comida, la clásica botellita de leche, la cartera con los útiles de escuela castellana, el violín. Esta escuela estaba en el límite que dividía Las Moscas de colonia Rosh Piná. Salía a las siete de la mañana de mi casa y hasta las doce estaba en la escuela castellana y después iba hasta las cinco de la tarde a la escuela idisch. Teníamos una hora para comer. Llevábamos carne, arenques, borsch, jalá.

LOGROS. Los establecimientos para hijos de colonos judíos contribuyeron a la formación de la nacionalidad argentina y la integración del inmigrante al nuevo medio. En las escuelas judías se hacía especial hincapié en la educación del idioma castellano. Pero por la tarde las clases se dictaban en idisch, para asegurar la asimilación de los conocimientos.
El extraordinario proyecto normalista que iluminó a buena parte del continente desde Paraná hallaba, en ocasiones, dificultades por la falta de infraestructura estatal. Fue entonces cuando las escuelas de la Jewish Colonization Association cumplieron un rol fundamental. Llevaron educación a las alejadas y precarias colonias y contribuyeron a hacer posible la integración de los inmigrantes.
La argentinidad era ya una construcción con fuertes valores inspirados desde el Estado. Italianos, catalanes, suizos, rusos-alemanes se fueron haciendo argentinos al tiempo que la tierra hostil se convertía en vergel productivo y rico.
Y ese proceso se vivió también con los judíos rusos que, en su caso, aportaron además un modo de socialización que llevaba producción, solidaridad y ciudadanía donde antes sólo había pasto rebelde.
En efecto, esas colonias judías entrerrianas germinaron las experiencias asociativistas que luego habrían de florecer en todo el país: el cooperativismo agrario, con sustento en la solidaridad y la responsabilidad social. De allí también salieron intelectuales notables que se destacaron en las letras, el periodismo, el teatro. Obreros y profesionales que forjaron la provincia donde la maleza, hasta entonces, no dejaba lugar a nada.
Pero no fueron pocos los inconvenientes para adaptarse a un medio caracterizado por costumbres e idioma tan diferentes al de sus orígenes. Cada comunidad tuvo sus obstáculos particulares, a los que se sumaron las ya difíciles circunstancias que implica la inmigración.
En el caso de los inmigrantes judíos la situación no fue de las más fáciles. La brutal persecución a la que fueron sometidos en la Rusia zarista los habitantes de origen hebreo determinó la urgencia por el arribo a estas tierras.

MEDIOS. La Jewish Colonization Association (JCA) fue una entidad filantrópica creada el 24 de agosto de 1891 por el barón Mauricio de Hirsch. El objetivo de su accionar era contribuir a que los países dispuestos a recibir a los judíos perseguidos en Rusia, puedan hacerlo en las mejores condiciones.
"Facilitar la emigración de los israelitas de los países de Europa y Asia donde ellos son deprimidos por leyes restrictivas especiales y donde están privados de los derechos políticos, hacia otras regiones del mundo donde pueden gozar de éstos y los demás derechos inherentes al hombre". Así declamaba sus objetivos la JCA. Fue una empresa difícil, pese a la voluntad decidida. "La transferencia organizada implicaba enormes inconvenientes que no fueron oportunamente calculados, como el apuro por emigrar a estas tierras, la falta de dinero de los inmigrantes, la escasez de sus conocimientos agrícolas, entre otros", expresó la periodista Mónica Salomón, en un artículo publicado en la revista "Todo es Historia".
Los datos certifican esa realidad. Sólo 3.444 personas se pudieron recibir en la Argentina, a pesar de los esfuerzos de la JCA entre los años 1891 y 1894. Un año más tarde, la totalidad de colonos que ingresaron a Entre Ríos con el apoyo de la Jewish Colonization era de 1.834 para trabajar 231.334 hectáreas.
Uno de los principales escollos era la falta de infraestructura. Estaba sí extendido el ferrocarril, por impulso, entre otros, aunque especialmente, de la gestión del gobernador Eduardo Racedo. Pero faltaban escuelas y sobraban dificultades.
La situación obligó a la JCA a incorporar un artículo al estatuto de funcionamiento y objetivos. "Para cada grupo de cien familias crear una escuela, una cooperativa, un servicio sanitario, un templo, un centro cultural y disponer de un asesor administrativo, técnico y agronómico", inscribió entre los planes a desarrollar.
La legislación y el amparo constitucional en materia educativa constituían una fortaleza, aunque no más que teórica en aquellos lugares donde el Estado todavía no llegaba.

TESTIMONIOS. "La JCA se vio obligada a tomar cartas en el tema e instalar escuelas comunes para los hijos de los colonos, además de establecimientos que enseñaran idisch, hebreo, tradiciones y costumbres judaicas", escribió en su investigación Mónica Salomón.
En entrevistas y voces del Archivo de la Palabra del Centro "Marc Turkow" se atesoran vivencias de quienes pasaron por las aulas de esas solitarias escuelas. "La Jewish hizo las escuelas porque no había. Había una en cada colonia. Éramos cuatro colonos, hizo aquí la escuela y los que vivían más lejos, a tres kilómetros venían a caballo o a pie", testimonió un colono de Lucienville.
Hacia 1908 había en las colonias de la Jewish 3.400 niños en edad de asistir a clases que encontraban su educación escolar en tres establecimientos públicos y veintitrés privados. La demanda que se canalizaba por las escuelas privadas queda evidenciada en un dato certero: a los establecimientos provinciales acudían 180 alumnos, mientras que a los de la JCA, 1.450 niños. Pero había 1.770 que quedan, ese año, marginados de la escolarización.
La red de escuelas judías se distribuía del siguiente modo: doce en Villaguay, ocho en Uruguay, dos en Colón y una en Gualeguaychú. En total, con el correr de los años se crearon 43 escuelas laicas sostenidas por la JCA y por un aporte anual de 30 pesos por cada colono, según reveló Salomón recopilando datos de la prensa regional.

CONTENIDOS. El idioma constituyó un serio obstáculo para el proceso educativo en una comunidad que hablaba en ruso o idisch. Idioma Nacional fue, entonces, una de las materias pilares que incluyeron los planes de estudios.
En un mismo edificio se impartían, a doble turno, clases en castellano y en idisch. "A medida que los colonos fueron contratando peones, los hijos criollos concurrían a los mismos establecimientos. Y si lo común hubiera sido que lo hicieran en un solo turno, los niños se quedaban toda la jornada y aprendían también el idisch. Por este motivo, aún hoy, en los pueblos cercanos a lo que fueron las colonias, es posible encontrar personas no judías que hablaban idisch", escribió Todo es Historia.
En la enorme tarea de sembrar escuelas, nada menos que en la provincia que fue cuna del normalismo, pero que chocaba con la realidad de arcas estatales perimidas, la JCA propició el arribo de docentes y para eso se dirigió a la Alianza Israelita Universal de París. El plan contemplaba convocar a docentes egresados de la Escuela Normal de París, que sean de origen sefaradí de modo que pudieran comprender el castellano. En verdad, los sefaradíes hablaban ladino –el mismo que se habla también en Grecia– que es muy similar al español. De ese modo se superó un serio obstáculo y se garantizó la extensión educativa entre las colonias judías de Entre Ríos.

SIGNIFICACIÓN. Las escuelas de la JCA pasaron a integrar la red de establecimientos oficiales, cedidas al Consejo Nacional de Educación, en 1920.
"Cumplieron una importante función. Podemos pensar entonces que estas escuelas complementarias, donde se impartía, por un lado, formación laica elemental y, por el otro, educación judaica, buscaban concretar dos de los componentes de la nueva identidad en gestación: la preservación de la continuidad judía tradicional y el sentimiento de arraigo al nuevo territorio", evaluaron María Elena Avellaneda y Carina Alejandra Cassanello, dos investigadoras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires. "Las escuelas desempeñaron un rol importantísimo en el proceso de integración de las comunidades judías que arribaron a la Argentina, a la sociedad receptora nacional. Dentro del sistema educativo nacional, las escuelas oficiales, en general, y las judías, en particular, desarrollaron un papel socializador central que fue el cimiento del proceso de integración de los colonos al país". A esa conclusión arriban los docentes mencionados en su trabajo titulado "Las escuelas judías en las escuelas agrícolas. El nuevo sujeto educativo inmigrante".
En la provincia que iluminó a buena parte de la América con su experiencia normalista, los colonos judíos aportaron una experiencia propia que permitió llegar con la educación allí donde antes habitaba solo una intención. Eso, exactamente eso, fue hacer la Argentina.

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El sueño de la Tierra Prometida

Guido Maisuls es un ciudadano israelí, nacido y educado en la Argentina, que publica un blog llamado "Cartas desde Israel" en su lengua madre, el español, desde la ciudad de Kiriat Bialik, en el norte de Israel. Su abuela paterna, Sara Tevelez de Maisuls, nació en la zona rural de Las Moscas pero luego de su casamiento con José Maisuls se instalaron en la colonia Walter Moss, hoy departamento San Salvador. Esa es la pareja a que se refiere, precisamente, el artículo "El sueño de la Tierra Prometida" que hoy queremos compartir:

Hoy reflexiono nuevamente sobre los gauchos judíos, pero esta vez me refiero a esos míticos colonos judíos de los campos argentinos y lo hago desde la experiencia real y concreta de una pareja, de un Adán y de una Eva originales y peculiares que buscaron en esas verdes llanuras, el sueño de un nuevo hogar, del lugar donde era posible comenzar una vida nueva, de una visión realizadora en su nueva tierra prometida.
Transcurría la década del 1910 en esas vírgenes y bravías tierras de la verde Entre Ríos, en esa joven República Argentina. Nacía la colonia judía de Walter Moss, a quince kilómetros al noroeste del pueblo de General Campos. Creada por la Jewish Colonization Asociation en la misma época que se fundó la colonia Curbelo. Ambas abarcaban 12.826 hectáreas, trabajadas por inmigrantes judíos provenientes del Imperio Ruso. Para fines de la década de 1930 la población era de 86 colonos dedicados a la agricultura y con lotes cada uno de entre 150 y 240 hectáreas.
Una pareja de recién casados formaban su nuevo hogar: José de 20 años, nacido en la ciudad de Minsk, hoy Bielorrusia, y llegado al país a los diez años y Sara de 18 años nacida en la colonia judía de Las Moscas en la misma Entre Ríos.
Comenzaron a construir su vivienda con los materiales entregados por la J.C.A. Recibieron de la empresa chapas de zinc, tirantes de madera, clavos y tablones. Era necesario perforar un pozo para el agua y levantar el galpón y los corrales para los animales. Era una tarea dura para esa frágil y joven muchacha de ojos verdes que entregaba todo de sí, con fuerza y entusiasmo a la par de su joven esposo. Una vivienda modesta pero cómoda, siempre construida de material; nunca quisieron vivir en ranchos de barro y paja, que eran tan abundantes en los campos entrerrianos. Retazos de madera sirvieron como material para las sillas, las mesas, los armarios y los roperos. El nuevo hogar se levantó colocando ladrillos asentados en barro, en esfuerzo, en sueños y en esperanzas.
Ellos eran el fruto joven de esta inmigración -se habían formado en esta nueva tierra-, su castellano era perfecto aunque el ídish materno y milenario era su lengua íntima y familiar. Ya no pertenecían a esa vieja Europa donde la situación en la que vivían los judíos en la Rusia de los zares había llegado al límite de lo insoportable, hacinados en aldeas donde la miseria y el desamparo imperaban entre las viejas casuchas y las estrechas callejuelas del ghetto. Los sueños con poder trabajar su propia tierra eran visiones imposibles pues las leyes imperiales prohibían a los judíos la compra de tierras, y a esto se agregaban las penurias de los brutales y horrorosos exterminios en masa llamados "pogrom".
Querían conquistar esa negra y fértil tierra, crear un hogar para los hijos que vendrían y que se irían incorporando poco a poco a esa nueva identidad donde se fundían su ancestral tradición judía con el mate, el asado, las alpargatas, la bandera azul y blanca, los nueve de julio y la actividad productiva de la granja, la industria quesera y lechera, la cría de ganado y los cultivos agrícolas. Recuperar para ellos y su descendencia la libertad, la dignidad y la autorrealización que durante tantos siglos de destierro y sufrimientos no gozaban.
La vida deparaba hermosos momentos de felicidad pero también tuvieron que luchar contra escollos muy difíciles de sortear, que requerían un temple de dureza como esa madera dura del ñandubay que abundaba en los montes, solo apta para gente valiente e idealista como ellos. Estos incansables colonos cada tanto se dirigían al pueblo llevando el fruto de sus esfuerzos, huevos, gallinas, frutas, hortalizas y la cosecha para la venta, lo hacían con optimismo y esperanzados en obtener una gratificación monetaria adecuada a tantos sacrificios pero la realidad muchas veces les deparaba la desilusión de caer en el engranaje de los inescrupulosos mercaderes de aquellas épocas.
Otros de los grandes obstáculos que se interponían con sus anhelos de progreso eran el factor climático con sus devastadoras sequías que duraban a veces largos meses y dejaban a los animales sin su natural alimento o a los cultivos sin el agua necesaria para prosperar, las épocas de grandes lluvias que convertían los llanos y bajos campos entrerrianos en grandes lagos temporarios, el granizo que destruía despiadadamente con su frío y duro poder los huertos y las cosechas.
El devastador castigo que venia del cielo y que azotaba a los campos destruyéndolos en pocas horas cuando el cielo de la colonia se oscurecía, como una gran tormenta de nubes negras, era la tan temida plaga de langostas que devoraba inexorablemente todo aquello que fuese vegetal, convirtiendo violentamente lo verde en gris, desapareciendo como por arte de magia los cultivos y las pasturas, convirtiendo en pocos minutos en desierto al Edén.

Épocas en que la atención de la salud era una verdadera epopeya, los médicos y los hospitales eran pocos y estaban muy lejanos, a veces a cientos de kilómetros, los caminos de tierra negra se convertían en los lluviosos inviernos en verdaderos lodazales intransitables o en los ardientes veranos en largos y polvorientos trayectos a recorrer con carros o sulkys tirados por caballos. Largas travesías acompañadas de la angustia y el dolor de aquellos que perdían ese don tan preciado, la salud. Así Sara se convierte por tradición familiar y por la vocación de ayudar al prójimo en la partera improvisada y salvadora de muchas mujeres de colonos y de criollos que parían sus hijos al amparo de Dios y de la partera, en su casa, sin médicos ni medicamentos, sólo con agua hervida y sábanas escrupulosamente blancas y limpias.
La jornada de trabajo comenzaba muy temprano, se levantaban inexorablemente a las cuatro de la mañana, en las blancas y heladas madrugadas invernales o en los cálidos y perfumados amaneceres estivales. José a preparar los caballos y los enseres que tiraban el arado para preparar la tierra fértil y virginal que daría como fruto esa dulce y dorada cosecha regada con largas horas de esfuerzo, sudor y perseverancia. También a instalar o a reparar los molinos de viento que extraían el agua pura y fresca de los grandes ríos subterráneos que corren como venas cristalinas en las entrañas de la tierra; era el único especialista en molinos en esos pasajes rurales. Sara a amasar y a hornear en la negra cocina a leña, el blanco y tierno pan que los alimentaría física y espiritualmente a ellos y a sus futuros descendientes y a ordeñar sus vacas que esperaban ansiosas, separadas de sus terneros, para darle esa blanca y tibia leche que debía estar lista dentro de su reluciente recipiente metálico y que era retirado inexorablemente a las ocho de la mañana por los empleados de la cremería cercana para ser convertido en queso y crema destinada a las gentes de las incipientes ciudades argentinas.
Pasaron los años, la familia creció natural y espontáneamente como el trigo del campo, vinieron los hijos y con ellos grandes vientos de cambios que los llevaron a otros paisajes, a otros oficios, a otras realidades pero hubo algo que nunca se modificó a través de los tiempos y que fue el gran legado de José y Sara a sus descendientes.
Yo soy un orgulloso descendiente de José y Sara Maisuls y heredero natural de ese preciado legado: El sueño de la Tierra Prometida

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Carta desde Madrid

Madrid, 23 de Abril de 2010.-

Con gran emoción he leído los mensajes posteriores a la narración de Adela y me han traído a la memoria los momentos más gratos de mi vida. No nací en Las Moscas, ni viví allí (bueno, sólo temporalmente) pero me siento tan mosquero como el que más. Alguien ha dicho que uno no es de donde nace sino de donde se siente pertenecido, y yo me siento mosquero.
Ah, me olvidé presentarme: soy Jorge, hijo de María Cirlin, una de las hijas de Jaime y Rebeca Cirlin y tengo ya 64 años. He pasado con mis abuelos y tíos todas y cada una de las vacaciones estivales de mi infancia y juventud (a caballo con Basavilbaso, con mis tíos Abraham Golub y Nelly). Ya al día siguiente de terminar las clases en Gualeguay estaba montado en el tren rumbo a mi terruño.
Nombres y apellidos como Román Henderson, Negra Rotela, los Edelcopp, Luisito Rosenfeld, Sivak, Tito Pioli, Holtzman, Merlo y un larguísimo etcétera volvieron a mi memoria como si fuera ayer. En especial recuerdo a Ramón Rodríguez con su inseparable cigarro, la mano derecha de mi abuelo, que me aguantaba las travesuras sobre las bolsas de cereales del galpón del ferrocarril y respondía mis insistentes preguntas sobre el tema, a su hijo "Huguito", entrañable amigo lo mismo que "Licho" Noguera que arreglaban lo que yo "ordenaba" en los cajones de la tienda a mi mejor saber y entender. Un especial afecto para el Dr. Lifchitz y su hijo Alberto que me dejó "huérfano" de compañero de verano cuando se fueron a vivir a La Plata y ya Las Moscas se me hizo más aburrida (además de las hormonas que me pedían más Basavilbaso).
Recuerdo con placer el agua de pozo, fresca y agradable, las noches límpidas y estrelladas 360 grados a la redonda y alumbradas solo por las luciérnagas, el aire puro y el silencio acogedor, el olor a "pasto fresco" de la plaza, el arrullo de las gotas de lluvia sobre las chapas de zinc aunque no tan gratamente los barriales que se formaban al día siguiente ni el tener que salir a hacer mis necesidades fisiológicas fuera de la casa. Recuerdo las interminables veladas de charla, lectura y partidas de ajedrez con mi tía Fanny, la esposa de Beine, mis "peleas a muerte" con los numerosos gatos que había para combatir los roedores, el no hacer nada y la emoción de la llegada de los parques de atracciones y circos.¡Que felicidad!
Hace casi veinte años que vivo en Madrid y hace muchísimo que no voy por allá (mi intención se frustró un fin de año de hace unos años estando en Santa Fe, con todo organizado, y una huelga de expendedores de combustible lo impidió).
Ahora leo que el pueblo está en extinción pero que hay una esperanza de rescate. Ojalá se dé, porque me duele que se sufra donde el tan mentado "estándar de vida" está en lo más alto (y si no comprueben las tasas de longevidad) y que desearíamos tener los que vivimos en las grandes ciudades con todos sus progresos.
Un abrazo para todos los mosqueros.

Jorge Palma Cirlin
P.D.: Mi correo es jpalmac30@hotmail.com

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Bodas de plata

El pasado sábado 17 de Abril se realizaron los actos por el festejo de los veinticinco años de la creación del jardín de infantes "Sorpresitas", de la Escuela Nº 25 "General José de San Martín" de Las Moscas.
Agradeciendo la colaboración de Nora Mabel Pérez, compartimos las palabras de Stella de Rodríguez, ex-directora de la Escuela:

Y llegaron los duendecillos. Cuando pienso en los primeros tiempos del jardín "Sorpresitas" no puedo dejar de asociarlos con los cuentos de hadas y duendes... ¡¡¡Qué lindo fue!!!
La escuela se llenó de proyectos, casitas de muñecas, juguetes, libros de cuentos, canciones, colores y alegría...
La señorita Mónica el hada, los chiquitos los duendecillos... Porque realmente Mónica le ponía magia a las cosas para transformarlas. Con su guía los cajones de manzanas se convirtieron en cocinitas o heladeras, las botellas descartables en canastitas con flores, la timidez de los pequeñitos en poesías, canciones, risas y besos... Y todos aprendimos una manera más linda de vivir la escuela.
Por eso hoy no quiero hacer historia sino decirles a Mónica, a Delia, Mabel, Marta, Claudia y Ruth, como a todos los padres y niños del jardín "Sorpresitas" ¡¡¡¡¡¡¡¡Gracias por haber llenado de magia nuestra querida Escuela 25!!!!!!!!
¡Felices veinticinco años y que Dios los bendiga abundantemente!


El brindis por las bodas de plata del jardín[Clickeá sobre la imagen para agrandar]

Mabel también nos hace llegar las sentidas palabras pronunciadas por una ex-alumna de la primera promoción, Dorita Escobar:

Seño Mónica, qué lindos recuerdos tengo en mi mente guardados de vos, el jardín, mis compañeros, la escuela... Recuerdo lo apurada que estaba para que me trajeran al jardín. Yo quería jugar, compartir, escuchar tus cuentos y canciones. Te acordás qué poco teníamos: dos muñecas, bloques de madera, una repisa con libros...? Pero vos tenías esa magia de entretenernos con poco. Salíamos a jugar al patio, pero nunca nos aburríamos, nos enseñaste que si se quiere y hay voluntad, SE PUEDE. Por eso hoy que soy mamá le enseño a mi hijo a valorar lo que se tiene y a compartir.
Seño, son muchos los recuerdos que vienen a mi mente: todos lindos y felices. Muchas gracias por haber sido como fuiste con nosotros. Te quiero mucho.


Hermosas las palabras de Dorita. Ella y Stella coinciden en esa magia que tenía la Seño Mónica.
Mabel

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Una vida en cuentos

Este es el título con el que el docente y escribano Julio César Díaz publicó un libro de relatos y anécdotas sobre su vida.
Julio César nació en Hambis, departamento Colón, en marzo de 1929. Fue alumno de su padre (que llevaba su mismo nombre y también era docente y director de escuela) junto a su hermana Gloria. Egresó como maestro de la Escuela Normal "Mariano Moreno" de Concepción del Uruguay en el año 1947 y a lo largo del tiempo se desempeñó como maestro rural en distintos lugares de la provincia de Entre Ríos.
En Villa Clara se casó con Yolanda Aletti y se instaló en la colonia Rosh Pinah donde, ejerciendo la docencia, completó sus estudios de escribano en la Universidad del Litoral y continuó sus dos pasiones laborales: la escribanía y la docencia.

Una vida en cuentos[Clickeá sobre la imagen para agrandar]

Estos cuentos fueron recopilados y publicados por Julio César en su ciudad adoptiva, Concepción del Uruguay, en marzo de 2009, conmemorando así sus ochenta años. Les dejamos algunos de estos cuentos:

AYUDA A DON PEDRO
Un largo camino de tierra, oscura, polvorienta; poblada de verdes, ocres... Verde pasto, verde cardo... Rojas margaritas silvestres pintan heridas vistosas en el campo. De colonia Rosch Pinah a Domínguez estaba el rancho da Don Pedro, un poco antes de la cremería.
La "clemería" según los alumnos de la escuela (mis alumnos) era atendida por el "clemero", claro. Fabricaban crema con la leche que los colonos llevaban en carros y sulkys en mañanero transitar. El bucólico paisaje de nuestro viaje casi diario al pueblo en busca de víveres, correspondencia, conversación y noticias, todo nítidamente en mi memoria.
Don Pedro, buen amigo, trabajador y esforzado, con familia de muchos hijos en la escuela y necesidades siempre crecientes, decidió viajar a Villaguay para pedir ayuda a la Fundación Eva Perón cuya labor proficua y humana, a veces improvisada pero siempre generosa y productiva, proveía de alimentos y ropa a los pobres siempre y cuando éstos acreditaran su condición de tales.
Así Don Pedro, vestido con su mejor bombacha y sus alpargatas casi buenas, casi limpias, pañuelo al cuello y sombrero cotidiano, se dirigió a la Unidad Básica donde le informaron que debía justificar su pobreza con dos testigos. Sin amilanarse, solo y fuera de su pago, cruzó a la plaza y encaró a doa varones sentados en un banco; en su hablar pausado y criollazo les pidió que atestiguaran su condición de menesteroso. Los muchachos lo miraron con recelo y eludiendo el compromiso le respondieron:
-"¿Qué sabemos nosotros que usted es pobre? No lo conocemos..."
Don Pedro los miró con desconcierto, en su expresión ingenua se leía el desaliento... Con un brazo en la cintura se miró la bombacha descolorida y las alpargatas gastadas descartando el testimonio de su propia apariencia. Movió la cabeza y les espetó:
-"Si me firman en la Unidad Básica yo le doy diez pesos a cada uno."
Los muchachos se miraron, y dijeron al unísono: -"¡Así sí!"
Se levantaron del banco y se encaminaron juntos hacia la Unidad Básica para firmar que efectivamente Don Pedro era indigente.

SALVADO Y GRATIS
El desarrollo trajo jóvenes profesionales al pueblo y con ellos, a tónica distinta. Recién recibidos, médicos y dentistas comenzaron su profesión en el pueblo, que todavía reticente a abandonar del todo el siglo XIX se revolucionaba fácilmente ante estas novedades del progreso.
Don Guidal llegó montado a la escuela rural. Muy amigo mío, orejudo, chueco, de nariz aguileña, pequeños ojos azules y un corazón grande como el mundo...
Excitado, exultante, me informó:
-"Se le fue la mujer a Gaskansky, marchó con uno de los dotores nuevos. Tenía dos hijos... Cómo son estas mujeres, no piensan en lo que hacen ni el mal que le hacen."
Me quedé callado, sorprendido por la intempestiva noticia y tratando de interpretar esa mezcla de crítica al género con la pena de mi amigo.
Don Guidal no pareció advertir mi silencio apesadumbrado y compasivo. Moviendo la cabeza exclamó con profundo alivio:
-"...y el marido se salvó sin pagar nada."

PASCUALITO
En Entre Ríos, en la línea ferroviaria que ya no existe, entre Basavilbaso y Concordia, pasando Estación Urquiza, está Las Moscas, que aún existe.
Poblado pequeño a donde íbamos seguido para buscar mercadería, correspondencia, amigos y demás. A caballo o en sulky recorríamos una legua larga desde la escuela, con unas pocas casas cada tanto, muchas veces en el barro y bajo la lluvia. Recuerdo que nos cubríamos con una gran capa de paño negro que, aunque no era impermeable cumplía la noble función de cobijarnos.
Era el año 1952, Pascualito Pérez, boxeador peso mosca nos dio el alegrón del primer campeonato mundial argentino; todos lo celebramos con emoción, pero no tanto como un paisanito del pueblo, que eufórico, no cesaba de exclamar con glorioso triunfalismo: "¡Así nomás Moscas... tiene un campeón!".


EPPUR SI MUOVE
Lluvia y barro, barro y lluvia en la soledad de la Escuela, en el medio del campo. La familia se había quedado en el pueblo por enfermedad y ya iban cuatro días iguales de estudio y más estudio, interrumpido sólo para cocinarme algo; ni radio podía escuchar por el ruido de la descarga.
Sin ver a nadie ni oír una voz humana en varios días, sentí con gran alivio que golpeaban la puerta: un entrañable amigo que desafiando las inclemencias del tiempo llegó a caballo, tal vez buscando desentumecer el aburrimiento.
Intercambiando saludos afectuosos advertí que no había hablado con alguien en varios días; mi aislamiento me había hecho olvidar también del tema que por entonces, 1957, ocupaba todo el espectro de la vida cotidiana: no se hablabas más que del satélite artificial que los rusos habían puesto en órbita.
Mi inesperada visita era un sencillo hombre de campo, tan ingenuo como bondadoso y solidario. El tema del momento había despertado su curiosidad y estimulado por el temporal acudió al amigo más "leido" que tenía cerca. Así que mientras se sentaba en la galería y antes de yo pudiera hacerlo, me espetó la pregunta "¿Qué es eso del sateli?"
Todo mi espíritu vibró al compás de la compañía humana y haciendo gala de mis recursos didácticos, me acomodé en la silla, puse al frente los puños tratando de representar los movimientos de traslación y rotación de la tierra, a la par que iniciaba una explicación simple: "Vea Don Abraham, así como la Tierra se mueve...", levanté la vista hacia él y en vez de la expresión de entendimiento que esperaba, me encontré con un gesto entre alarmado y escéptico. Con incredulidad preguntó: "¿Se mueve...?".
Al tiempo me enteré de que mi amigo muy preocupado, comentó el hecho en el boliche del pueblo: "El maestro está loco ¡dice que la Tierra se mueve!", entre sonoras carcajadas de los contertulios. ¡Oh Galileo Galilei 1957!

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Extraño huésped

Nos comenta Nora Mabel Pérez sobre el premio obtenido recientemente por los alumnos de sexto grado de la promoción 2009 de la Escuela n° 25 de Las Moscas en el Primer Concurso Nacional de Cuento Ilustrado "El agua que nos da la vida", que fuera organizado por el Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación y el Plan de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social, junto a UNICEF (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en el marco de la celebración del Día Mundial del Agua. El concurso consistió en trabajar grupalmente en cada clase, en una producción de texto e ilustraciones, tomando como eje la concientización acerca de la importancia del agua y su cuidado.

Extraño huésped[Clickeá sobre la imagen para agrandar]

El pasado lunes 22 de marzo los ganadores estuvieron presentes en el Salón Leopoldo Marechal del Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación de la Nación en la ciudad de Buenos Aires, para recibir los premios, que consistían en una biblioteca con cien libros, una videoteca compuesta por un televisor, un reproductor de DVD y diez películas, y veinte juegos de mesa. Además incluye este primer premio la realización de un cortometraje –guión, producción y posproducción- a realizar en Las Moscas, que se presentará en la novena edición del Festival Internacional de Cine "Nueva Mirada para la Infancia y Juventud" a desarrollarse en Buenos Aires del 2 al 8 de septiembre de 2010, y también la publicación del cuento en un libro. Fueron acompañados en este viaje por las docentes Laura Weisheim -maestra de grado- y Silvina Rebacco -maestra de Tecnología y Educación Plástica-.

Alumnos y docentes junto a la Ministra Kirchner y el Ministro Sileoni[Clickeá sobre la imagen para agrandar]

La ceremonia de entrega de premios se realizó en la sede del Ministerio de Educación de la Nación, con la presencia de la Ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner y el Ministro de Educación Alberto Sileoni.
Los alumnos participaron con el cuento titulado "Extraño huésped" bajo el seudónimo "Como perros y gatos", escrito por Federico Binsak Videla e ilustrado por sus compañeros, y su trabajo fue seleccionado entre los más de mil presentados. El texto ganador dice así:

Extraño huésped

"El invierno de 1999, un grupo de mafiosos fue asesinado por un hombre contratado por Cacaroto Hatashima, un miembro de la mafia. El homicida era John Hitman, quien acribilló a los guardias y a los dueños de la mansión, los cadáveres fueron tirados y escondidos en el gran lago a dos kilómetros de la casa.
Tres años después, un grupo de científicos liberan deshechos en el mismo lago. De inmediato el agua se contamina totalmente y los parásitos comienzan a hacer actividad dentro de los cuerpos humanos.
Esos cuerpos retomaron la vida, los peces mutaron, las aves que comían los peces también mutaron. El resultado: peces, aves y humanos mutantes. Éstos mordían a la gente insertándoles los parásitos. Granjeros y trabajadores eran mordidos y transformados en bestias, los buzos se sumergían en el lago y eran mordidos por los peces, los parásitos controlaban totalmente a sus huéspedes.
Los granjeros mutantes con palas, picos, martillos y además, atacaban y masacraban a la gente, eran cuerpos putrefactos sin ojos pues eran muertos vivos. Todo cambió, peces de treinta centímetros se convirtieron en bestias asesinas de tres metros de largo, las aves con alas largas y picos dentados y afilados...
Los mutantes raptaron a la hija del Presidente León Wattson quién contrató a Scoot Weelson, un agente de las fuerzas especiales. Con un mapa de la zona, organizó y guió a tres grupos de ataque ubicados estratégicamente.
La mayoría de los mutantes estaban concentrados en el granero donde se encontraba Leena Wattson, la hija del Presidente, y fue difícil su exterminio. A través de un suero insertaban los parásitos a Leena lentamente, para que comenzaran la actividad dentro de su cuerpo. En ese momento, Scoot entra en el granero y ve a la chica desmayada, de inmediato le quita la aguja de las venas y rápidamente con su transmisor se comunica con los científicos quienes le avisan que ya se ha encontrado la forma de erradicar el parásito y así descontaminar el agua de ese bello lago.
Leena es rescatada en helicóptero que, a su paso, arroja en el lago el antídoto para exterminar a los parásitos. En el hospital le realizan una transfusión de sangre y de esta manera, los parásitos quedan fuera de su cuerpo.
Los grupos armados, con Scoot al frente, dan fin a los mutantes escondidos en el lago y sus alrededores, y los científicos logran ver que las aves y los peces, al alimentarse del lago, se van muriendo y desaparece así la extraña mutación.
El agua del lago queda limpia y libre de toda plaga y contaminación.
La vida de a poco fue recuperándose, la naturaleza y la lluvia se encargaron de no dejar restos de ese desastre.
El grupo de científicos que habían contaminado el lago, fueron identificados y puestos en prisión.
No todos terminaron felices y en familia como el presidente y su hija: los grupos especiales tuvieron pérdidas importantes, pero valió la pena ese gran esfuerzo porque la vida del lago volvió a ser lo que era."

Este es el cuento ganador. ¡¡¡¡¡¡¡Qué creatividad!!!!!!!!!! verdad?????
Felicitaciones Fede, vos fuiste el creador de este hermoso cuento con el apoyo de tus compañeros. Y no olvidemos que tanto Federico Videla como Fabián Oscar Burgos, Mario Daniel Huck, Paola Yohana Lescano, Liliana Vanesa Retamar, Jessica Valeria Rodríguez y Juan Cruz Saldivia son los únicos y verdaderos protagonistas. Felicitaciones, chicos!!!!!! Estamos muy orgullosos de ustedes.


Mabel

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Repercusiones

Luego de conocerse días atrás la novedad de que Las Moscas fue la localidad entrerriana seleccionada para la implementación del programa "Pueblos Autosustentables" (PAS) impulsado por la Asociación RESPONDE y la Fundación Cargill, varios medios periodísticos de la provincia se hicieron eco de esta noticia.
Uno de ellos, el sitio web de noticias "El Miércoles Digital", de Concepción del Uruguay, decía:

Las Moscas: se implementará el programa Pueblos Autosustentables

En agosto de 2005, el semanario El Miércoles publicó el recordado informe "Pueblos que se apagan", reflejando la realidad de las localidades del departamento Uruguay en riesgo de desaparecer. Las Moscas, de 450 habitantes, era una de ellas. Ahora podría detener el proceso: recibirá asesoramiento para convertirse en un Pueblo Autosustentable.


En su número 175, del 10 de agosto de 2005, el ¿desaparecido? semanario El Miércoles publicó un recordado informe que llevaba como título "Pueblos que se apagan", intentando reflejar allí la terrible realidad que sufren cuatro localidades del departamento Uruguay, con una pronunciada tendencia a desaparecer por el constante éxodo de sus habitantes.

Entre los pueblos con estas características se encuentra Las Moscas, que cuenta actualmente con alrededor de 400 habitantes. Los mosqueros que aún se resisten a abandonar su terruño tendrán ahora ayuda para lograrlo.

Según informaron a El Miércoles Digital desde el blog de Las Moscas, tuvieron "excelentes noticias para el pueblo": recibirá asesoramiento para convertirse en un Pueblo Autosustentable.

El poblado, ubicado a la vera de la Ruta Provincial Nº 20, es uno de los cinco ganadores de una convocatoria para 17 pueblos rurales en crisis por despoblamiento de la Región Pampeana. El pueblo obtendrá asesoramiento profesional para la implementación del programa Pueblos Autosustentables, que impulsan Responde (Recuperación Social de Poblados Nacionales que Desaparecen) y la Fundación Cargill.

El objetivo del programa es promover el autoabastecimiento y la buena alimentación de las pequeñas comunidades rurales a partir de los recursos naturales con los que cuentan. La iniciativa, que promueve el autoabastecimiento y la buena alimentación de la familia rural, se desarrollará durante 2010 y 2011.

Aún sin apoyo de los gobiernos, Responde ha diseñado e impulsado proyectos productivos -para tratar de detener el éxodo- en Entre Ríos, como en Irazusta y Faustino Parera (Gualeguaychú) y Arroyo Barú (Colón), generalmente tendiendo al turismo rural, aprovechando los escasos recursos de estos lugares.

Pueblos Autosustentables tiene como objetivo general ofrecer información de fácil comprensión que guíe a la familia rural en el aprovechamiento de los recursos naturales disponibles según las características particulares de suelo y clima de cada pueblo. Esto le permitirá lograr una buena alimentación y vida saludable, optimizar su economía familiar y superar los problemas de distancia y ocasional aislamiento que muchas veces enfrentan quienes viven en los pequeños pueblos.

Las Moscas es uno de los pueblos que fueron condenados por el latifundismo y la destrucción del sistema ferroviario argentino, cuyo máximo ejecutor fue el titular del gobierno nacional durante el menemato. Lo primero provocó el aniquilamiento de oportunidades para los pequeños productores, dándole el tiro de gracia el 'libre' mercado de la última década infame. La desaparición de los trenes fue el otro golpe asestado que necesitaban para quedarse sin sus nativos tres de las cuatro comunidades rurales que protagonizaban el informe (Líbaros, San Marcial y Las Moscas; no Rocamora), puesto que quedaron casi incomunicados.


Otro de los medios periodísticos que publicó la noticia fue el diario Uno de Paraná, que en su edición del día jueves 4 de marzo pasado informaba:

Implementan un programa para rescatar el pueblo Las Moscas

En Entre Ríos hay varios lugares más con escasa cantidad de habitantes y a punto de borrarse del mapa.

Con apenas 450 habitantes, Las Moscas, en el Departamento Uruguay, será uno de los cinco pueblos de la Región Pampeana que desarrollarán este año y durante 2011 un programa de rescate impulsado por la Asociación Responde y la Fundación Cargill.
Se trata de Pueblos Autosustentables, que promueve el autoabastecimiento y la buena alimentación de la familia rural para sostener a la población en sus terruños y evitar así la desaparición de los poblados.
La iniciativa consistió en una convocatoria para 17 pueblos de menos de 2.000 habitantes de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y La Pampa, ubicados en áreas donde Cargill cuenta con soporte local para la implementación del programa.
El proyecto tiene como objetivo llevar adelante Pueblos Autosustentables (PAS) en cada provincia, para lograr así una herramienta que permita beneficiar con este mismo programa a la totalidad de los restantes poblados rurales localizados en las cuatro provincias mencionadas.

Los objetivos
Pueblos Autosustentables tiene como objetivo general ofrecer información de fácil comprensión que guíe a la familia rural en el aprovechamiento de los recursos naturales disponibles según las características particulares de suelo y clima de cada pueblo. Esto le permitirá lograr una buena alimentación y vida saludable, optimizar su economía familiar y superar los problemas de distancia y ocasional aislamiento que muchas veces enfrentan quienes viven en los pequeños pueblos.
El programa incluye consejos generales para la producción de alimentos y una buena alimentación, guías prácticas para la producción de animales de granja y cultivos frutihortícolas, planes de alimentación para distintos grupos de edad y recetas que incorporan alimentos clave necesarios para una buena nutrición teniendo en cuenta la cultura local.
La propuesta se completa con consejos y advertencias sobre nuevos hábitos recomendables a adoptar a fin de evitar enfermedades asociadas con malas costumbres alimentarias o comportamientos negativos respecto de la vinculación del hombre con el medio ambiente.

Diagnóstico
A partir de realizar estas cinco experiencias en 2010-2011, el programa permitirá a cualquier comunidad rural de la Región Pampeana realizar un autodiagnóstico que les permita reconocer su grado de autosustentabilidad y planificar las producciones faltantes, advertir las ventajas del intercambio local, percibir una mayor eficiencia en sus ingresos económicos y conocer y valorar los beneficios de una buena alimentación.
Las Moscas, un pueblo rural entrerriano de alrededor de 450 habitantes, recibirá el apoyo de la Asociación Responde y la Fundación Cargill para desarrollar este programa en su comunidad, a partir de haberse presentado en la convocatoria organizada por ambas instituciones y haber calificado para su postulación.

Otros pueblos entrerrianos
La ONG Responde propone líneas de acción para rescatar poblaciones que se están quedando sin habitantes.
En Entre Ríos el Indec ya decretó en los últimos años la desaparición formal de cuatro poblados, Palo a Pique y Las Mulitas, en Feliciano, Campichuelo, en el Departamento Uruguay, y Cuchilla Redonda en el Departamento Gualeguaychú.
El riesgo se incrementa de forma exponencial.
En Entre Ríos hay poblaciones que tienen 57 habitantes, tal el caso de Altamirano Sur, en Tala, hasta un máximo de 708 pobladores, como Enrique Carbó, en Gualeguaychú.
En ese rango se ubican también pueblos conocidos como Parera, Carbó, Irazusta, Echagüe, Líbaros, Las Moscas o San Marcial, entre otros tantos
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Hoy ganamos todos !!!

Hemos recibido una gacetilla de prensa por parte del Área de Comunicación de la Asociación RESPONDE, donde se dan a conocer excelentes noticias para el pueblo:

LAS MOSCAS, en Entre Ríos, recibirá asesoramiento para convertirse en un Pueblo Autosustentable

Es uno de los cinco ganadores de una convocatoria para diecisiete pueblos rurales en crisis por despoblamiento de la Región Pampeana. El pueblo obtendrá asesoramiento profesional para la implementación del programa "Pueblos Autosustentables", que impulsan la Asociación RESPONDE y la Fundación Cargill. El objetivo del programa es promover el autoabastecimiento y la buena alimentación de las pequeñas comunidades rurales a partir de los recursos naturales con los que cuentan.


Buenos Aires, 1 de marzo de 2010: El poblado rural de Las Moscas, en el departamento Uruguay, provincia de Entre Ríos, será uno de los cinco pueblos de la Región Pampeana que desarrollarán este año y durante 2011 el programa impulsado por la Asociación RESPONDE y la Fundación Cargill. Se trata de "Pueblos Autosustentables", que promueve el autoabastecimiento y la buena alimentación de la familia rural.
La iniciativa consistió en una convocatoria para diecisiete pueblos de menos de 2000 habitantes de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y La Pampa, ubicados en áreas donde Cargill cuenta con soporte local para la implementación del programa. El proyecto tiene como objetivo llevar adelante Pueblos Autosustentables (PAS) en cada provincia, para lograr así una herramienta que permita beneficiar con este mismo programa a la totalidad de los restantes poblados rurales localizados en las cuatro provincias mencionadas.
"Pueblos Autosustentables" tiene como objetivo general ofrecer información de fácil comprensión que guíe a la familia rural en el aprovechamiento de los recursos naturales disponibles según las características particulares de suelo y clima de cada pueblo. Esto le permitirá lograr una buena alimentación y vida saludable, optimizar su economía familiar y superar los problemas de distancia y ocasional aislamiento que muchas veces enfrentan quienes viven en los pequeños pueblos.
El programa incluye consejos generales para la producción de alimentos y una buena alimentación, guías prácticas para la producción de animales de granja y cultivos fruti-hortícolas, planes de alimentación para distintos grupos de edad y recetas que incorporan alimentos clave necesarios para una buena nutrición teniendo en cuenta la cultura local. La propuesta se completa con consejos y advertencias sobre nuevos hábitos recomendables de adoptar a fin de evitar enfermedades asociadas con malas costumbres alimentarias o comportamientos negativos respecto a la vinculación del hombre con el medio ambiente.

A partir de realizar estas cinco experiencias en 2010-2011, el programa permitirá a cualquier comunidad rural de la Región Pampeana realizar un autodiagnóstico que les permita reconocer su grado de autosustentabilidad y planificar las producciones faltantes, advertir las ventajas del intercambio local, percibir una mayor eficiencia en sus ingresos económicos y conocer y valorar los beneficios de una buena alimentación.
Las Moscas, un pueblo rural entrerriano de alrededor de 450 habitantes, recibirá el apoyo de la Asociación RESPONDE y la Fundación Cargill para desarrollar este programa en su comunidad, a partir de haberse presentado en la convocatoria organizada por ambas instituciones y haber calificado para su postulación.
Durante 2008 se realizó una primera y exitosa prueba piloto de este mismo programa en la localidad de San Francisco de Santa Fe, que permitió ajustar esta herramienta para su mejor aprovechamiento en el futuro. Ahora se busca realizar otras experiencias similares en las restantes provincias de la Región Pampeana con la intención de difundir el programa, e incentivar a los pobladores a llevarlo a cabo.

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El otoño es buena época

Gustavo Baccón nos hace llegar su visión sobre la realidad actual del pueblo:

Hay quienes estamos convencidos de que no existe mejor primavera que el otoño... Los días diáfanos, los colores del follaje, la temperatura alrededor de los veinte grados centígrados, los vientos moderados o escasos, las lluvias que todavía conservan la característica de "tormenta de verano", es decir que seguramente en uno o dos días tenemos sol nuevamente... Sin dudas que el otoño no es una estación de transición hacia el invierno: es en sí una buena época del año.
La vida parece ser similar: en el otoño (digamos, ¿a partir de que nos jubilamos?) es cuando existe la posibilidad de disfrutar de días más apacibles. Sucede que a veces no se puede dado que el lugar no es el adecuado; las grandes ciudades con sus dosis de inseguridad, la contaminación del aire, del agua, el ruido, lo caro de sus impuestos, etc. O a veces al contrario; la soledad de los campos donde trabajamos toda la vida parece atentar contra el confort pretendido como premio a tantos años de sacrificio.
Allí es donde aparece un fenómeno que se esta dando silenciosamente en Las Moscas: gente mayor que se localiza en el pueblo. Muchas veces decimos que Las Moscas es "un pueblo de viejos". La migración de los jóvenes (de nuestra provincia se van el 11% de los jóvenes, contra el 2% de jóvenes que se van en promedio de otras provincias a nivel nacional) también hace que pensemos eso: "Moscas es un pueblo de jubilados". Y el verdadero problema no es ese, sino más bien al contrario, el problema es que no vemos esa característica poblana como una oportunidad: construyamos en Las Moscas "Gerontópolis".

Promoción de un supuesto defecto para generar trabajo

No debería temerse a la conversión de Las Moscas en un pueblo con muchos ancianos. Si a Puiggari le hubiese dado temor de los enfermos en la década del '60, no tendrían el fantástico sanatorio en medio de la nada (ubicación geográfica compartida con Las Moscas: el medio de la nada!).
¿Qué pasaría si hubiera una decisión en ese sentido? ¿Y si hubiera listas de terrenos a la venta o disponibles para quien desee invertir en un tranquilo solar? Podrían existir campañas de "repatriación" de mosqueros jubilados de, por ejemplo, Buenos Aires. Ofrecer, como ya dije, terrenos (el valor de los terrenos es en sí mismo una buena publicidad: en una ciudad grande un terreno puede valer cien veces lo que en Moscas, eso hace posible que muchos puedan comprar aquí y no en el lugar donde trabajan y alquilan).
También es previsible que los albañiles tendrían oportunidades de empleo. Si alguien se dedicara al cuidado de casas en temporadas donde sus dueños se ausentan, ¿no serían contratados? ¿Y para cortar el pasto y conservar las plantas? ¿Para la atención de ancianos?. Algunos jóvenes de la zona se están especializando en la carrera de Acompañantes Terapéuticos en Concepción del Uruguay, y eso incluye acompañar a personas mayores, a veces incluso con dificultades para movilizarse.
Podría pensarse en la revalorización de espacios comunes, donde poder hacer vida social de manera mas amplia (hoy la vida social pública se reduce a los bares, lo que deja afuera a las mujeres, quienes no concurren a este tipo de negocios para hacer relaciones con sus pares). Se puede pensar en revalorizar la plaza, poner espacios para juegos como tejo, bochas y tantos otros que se pueden hacer al aire libre durante ocho o nueve meses al año, o simplemente disfrutar de su espacio para compartir una mateada.
O hacer un corredor sobre el arroyo para poder caminar o andar en bicicleta. El pueblo está enclavado en pleno Montiel y no dispone de paseos para disfrutar de los hermosos paisajes. ¿Cuantos recuerdos traerían los bosques en galería de la orilla del arroyo?. Pero hay que facilitar el tránsito... Dos o tres mil metros de sendas serían fantásticas, alguna rústica mesita de madera, algunos asientos... Un mirador cerca del puente del tren... Todo muy rústico pero con el encanto de estar allí. ¿En Moscas no habrá algunos sulkys y carros de la época de la colonia? Organizar una caravana de cuatro o cinco, una tarde de otoño, dando una vuelta por el camino de "La Leonel", para terminar en el Puente Blanco tomando unos mates y compartiendo algún pastelito parece un excelente programa, ¡¡¡y se puede cobrar por eso!!!. Claro que quizá no como en estancias de turismo rural dedicadas a eso, pero sí se puede organizar... y de paso es distracción y trabajo para habitantes del pueblo... Hacer lo mismo pero para pasar el día en el Raigón ¿es algo muy descabellado? ¿Nadie pagaría esos servicios?
Pensar en una pileta comunitaria, para los días de verano, tal como tiene Santa Anita y tantos otros pueblos en la provincia (por poner unos ejemplos: Oro Verde, Valle María, Villa Dominguez...) Sería muy bueno para los mosqueros y también para quienes deseen establecerse en el pueblo... Parece una quimera, pero ¿quién iba a pensar en el año 1975 que en Las Moscas iban a sembrar soja? Bien que hoy existen algunos puestos de trabajo en torno a ella... Hace tres años, ¿imaginábamos la posibilidad de la ruta, con puente de acceso al pueblo incluído? La internet ya establecida en el pueblo o las cloacas son puntos muy a favor de cualquier proyecto...
Un albergue, algunos bungalows, un pequeño camping ¿son tan inaccesibles de hacer? Distribuir el gran esfuerzo de la fiesta del Reencuentro a lo largo del año, de a poco pero en esa dirección, debería ser una consigna y la fiesta del Reencuentro la guinda del postre... siendo el punto cúlmine del "operativo reviviendo Las Moscas" (dicho esto con todo respeto y teniendo en mente que Las Moscas es uno de los cuatro pueblos del departamento Uruguay que decrece en su población junto con Líbaros, Rocamora y Urquiza).
¿Quienes deben tomar esta posta? TODOS, y debe pensarse en propuestas de este tipo no sólo como una cuestión solidaria. Por ejemplo, la fiesta del Reencuentro se hace en beneficio de la parroquia, cosa que está muy bien y es digna de felicitación, sino como un negocio, una posibilidad de trabajo o de distracción.
Los fondos aparecen cuando las ideas son claras:
    Algún mosquero en otros lares con posibilidades de invertir, por ejemplo.
    El gobierno (muchas veces existen fondos que no se usan por falta de organización: a modo de ejemplo, en Concordia existen unos cien clubes y cooperadoras de distinto tipo, pero sólo dos con los libros contables en orden… La Secretaría de Deportes de la Nación no ejecuta plenamente su presupuesto debido a que es requisito indispensable contar con los libros en orden... Esto sucedió estando el que suscribe como tesorero del Radio Club Concordia, una de las dos instituciones en orden para recibir aportes en el año 2006).
    Instituciones varias, como la Organización RESPONDE, que ofreció a través de este mismo blog la participación de instituciones del pueblo en un certamen cuyo premio era el aporte de los fondos para un proyecto de estas características.
De a poco, pero en el sentido de ver en todo lo existente en Las Moscas una oportunidad, es que se puede revertir esta situación de permanente éxodo y aparente depresión de nuestro querido terruño...

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