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El otoño es buena época

Gustavo Baccón nos hace llegar su visión sobre la realidad actual del pueblo:

Hay quienes estamos convencidos de que no existe mejor primavera que el otoño... Los días diáfanos, los colores del follaje, la temperatura alrededor de los veinte grados centígrados, los vientos moderados o escasos, las lluvias que todavía conservan la característica de "tormenta de verano", es decir que seguramente en uno o dos días tenemos sol nuevamente... Sin dudas que el otoño no es una estación de transición hacia el invierno: es en sí una buena época del año.
La vida parece ser similar: en el otoño (digamos, ¿a partir de que nos jubilamos?) es cuando existe la posibilidad de disfrutar de días más apacibles. Sucede que a veces no se puede dado que el lugar no es el adecuado; las grandes ciudades con sus dosis de inseguridad, la contaminación del aire, del agua, el ruido, lo caro de sus impuestos, etc. O a veces al contrario; la soledad de los campos donde trabajamos toda la vida parece atentar contra el confort pretendido como premio a tantos años de sacrificio.
Allí es donde aparece un fenómeno que se esta dando silenciosamente en Las Moscas: gente mayor que se localiza en el pueblo. Muchas veces decimos que Las Moscas es "un pueblo de viejos". La migración de los jóvenes (de nuestra provincia se van el 11% de los jóvenes, contra el 2% de jóvenes que se van en promedio de otras provincias a nivel nacional) también hace que pensemos eso: "Moscas es un pueblo de jubilados". Y el verdadero problema no es ese, sino más bien al contrario, el problema es que no vemos esa característica poblana como una oportunidad: construyamos en Las Moscas "Gerontópolis".

Promoción de un supuesto defecto para generar trabajo

No debería temerse a la conversión de Las Moscas en un pueblo con muchos ancianos. Si a Puiggari le hubiese dado temor de los enfermos en la década del '60, no tendrían el fantástico sanatorio en medio de la nada (ubicación geográfica compartida con Las Moscas: el medio de la nada!).
¿Qué pasaría si hubiera una decisión en ese sentido? ¿Y si hubiera listas de terrenos a la venta o disponibles para quien desee invertir en un tranquilo solar? Podrían existir campañas de "repatriación" de mosqueros jubilados de, por ejemplo, Buenos Aires. Ofrecer, como ya dije, terrenos (el valor de los terrenos es en sí mismo una buena publicidad: en una ciudad grande un terreno puede valer cien veces lo que en Moscas, eso hace posible que muchos puedan comprar aquí y no en el lugar donde trabajan y alquilan).
También es previsible que los albañiles tendrían oportunidades de empleo. Si alguien se dedicara al cuidado de casas en temporadas donde sus dueños se ausentan, ¿no serían contratados? ¿Y para cortar el pasto y conservar las plantas? ¿Para la atención de ancianos?. Algunos jóvenes de la zona se están especializando en la carrera de Acompañantes Terapéuticos en Concepción del Uruguay, y eso incluye acompañar a personas mayores, a veces incluso con dificultades para movilizarse.
Podría pensarse en la revalorización de espacios comunes, donde poder hacer vida social de manera mas amplia (hoy la vida social pública se reduce a los bares, lo que deja afuera a las mujeres, quienes no concurren a este tipo de negocios para hacer relaciones con sus pares). Se puede pensar en revalorizar la plaza, poner espacios para juegos como tejo, bochas y tantos otros que se pueden hacer al aire libre durante ocho o nueve meses al año, o simplemente disfrutar de su espacio para compartir una mateada.
O hacer un corredor sobre el arroyo para poder caminar o andar en bicicleta. El pueblo está enclavado en pleno Montiel y no dispone de paseos para disfrutar de los hermosos paisajes. ¿Cuantos recuerdos traerían los bosques en galería de la orilla del arroyo?. Pero hay que facilitar el tránsito... Dos o tres mil metros de sendas serían fantásticas, alguna rústica mesita de madera, algunos asientos... Un mirador cerca del puente del tren... Todo muy rústico pero con el encanto de estar allí. ¿En Moscas no habrá algunos sulkys y carros de la época de la colonia? Organizar una caravana de cuatro o cinco, una tarde de otoño, dando una vuelta por el camino de "La Leonel", para terminar en el Puente Blanco tomando unos mates y compartiendo algún pastelito parece un excelente programa, ¡¡¡y se puede cobrar por eso!!!. Claro que quizá no como en estancias de turismo rural dedicadas a eso, pero sí se puede organizar... y de paso es distracción y trabajo para habitantes del pueblo... Hacer lo mismo pero para pasar el día en el Raigón ¿es algo muy descabellado? ¿Nadie pagaría esos servicios?
Pensar en una pileta comunitaria, para los días de verano, tal como tiene Santa Anita y tantos otros pueblos en la provincia (por poner unos ejemplos: Oro Verde, Valle María, Villa Dominguez...) Sería muy bueno para los mosqueros y también para quienes deseen establecerse en el pueblo... Parece una quimera, pero ¿quién iba a pensar en el año 1975 que en Las Moscas iban a sembrar soja? Bien que hoy existen algunos puestos de trabajo en torno a ella... Hace tres años, ¿imaginábamos la posibilidad de la ruta, con puente de acceso al pueblo incluído? La internet ya establecida en el pueblo o las cloacas son puntos muy a favor de cualquier proyecto...
Un albergue, algunos bungalows, un pequeño camping ¿son tan inaccesibles de hacer? Distribuir el gran esfuerzo de la fiesta del Reencuentro a lo largo del año, de a poco pero en esa dirección, debería ser una consigna y la fiesta del Reencuentro la guinda del postre... siendo el punto cúlmine del "operativo reviviendo Las Moscas" (dicho esto con todo respeto y teniendo en mente que Las Moscas es uno de los cuatro pueblos del departamento Uruguay que decrece en su población junto con Líbaros, Rocamora y Urquiza).
¿Quienes deben tomar esta posta? TODOS, y debe pensarse en propuestas de este tipo no sólo como una cuestión solidaria. Por ejemplo, la fiesta del Reencuentro se hace en beneficio de la parroquia, cosa que está muy bien y es digna de felicitación, sino como un negocio, una posibilidad de trabajo o de distracción.
Los fondos aparecen cuando las ideas son claras:
    Algún mosquero en otros lares con posibilidades de invertir, por ejemplo.
    El gobierno (muchas veces existen fondos que no se usan por falta de organización: a modo de ejemplo, en Concordia existen unos cien clubes y cooperadoras de distinto tipo, pero sólo dos con los libros contables en orden… La Secretaría de Deportes de la Nación no ejecuta plenamente su presupuesto debido a que es requisito indispensable contar con los libros en orden... Esto sucedió estando el que suscribe como tesorero del Radio Club Concordia, una de las dos instituciones en orden para recibir aportes en el año 2006).
    Instituciones varias, como la Organización RESPONDE, que ofreció a través de este mismo blog la participación de instituciones del pueblo en un certamen cuyo premio era el aporte de los fondos para un proyecto de estas características.
De a poco, pero en el sentido de ver en todo lo existente en Las Moscas una oportunidad, es que se puede revertir esta situación de permanente éxodo y aparente depresión de nuestro querido terruño...

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