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Recuerdos de un mosquero en Córdoba

Desde la ciudad de Córdoba, Jorge Knoll nos acerca sus recuerdos del pueblo:

Hola, chicos:

No se quién o quiénes son los que ponen este blog en la web pero lo he encontrado y me ha causado gran emoción.
Yo nací en Las Moscas y viví allí hasta los once años. Siempre he vuelto a visitar a mis abuelos, a don Juan Knoll, el zapatero y a doña Cecilia Riedel de Knoll, hoy ya fallecidos. También tengo allí a mis tíos Margarita Knoll y "Licho" Noguera, mis primos, a quienes les mando un beso y todos mis cariños. Por el lado de mi mamá también saludo a las familias Bolig y Cornejo, porque allí tengo también a muchos primos.
Actualmente vivo en Córdoba y soy periodista. Tengo 44 años. Cada vez que me preguntan de dónde soy, contesto que he nacido en Las Moscas, y en más de uno provoco una sonrisa, por el nombre de nuestro gran pueblo.
Las imágenes que tengo siempre presentes son las del arroyo y sus crecidas periódicas, todo un acontecimiento para los habitantes del lugar. La vieja comisaría que estaba al lado de las vías, un ranchito con calabozo, que después fue trasladada al lado de la cancha, en un edificio más moderno. El fútbol que he jugado en la canchita de la escuela. El salón de Brun. La iglesia con San Lorenzo como figura máxima. Las fiestas patronales con los juegos para los niños y los sorteos para los parroquianos. El Hospital, allá, cerca del "Chaco", como llamábamos a ese barrio alejado y próximo a un brazo del arroyo. Los galpones del Fondo Comunal, al lado de la estación de trenes, donde mi viejo Vicente Knoll recibía cereales que los colonos traían desde el campo para la época de las cosechas. La "Altura", ese barrio tan lindo que estaba cerca de la cancha de fútbol del pueblo. Lo de "Angelillo", ese bar que ninguno que quisiera conocer el lugar podía esquivar. El negocio de Cirlin, verdadera proveeduría para todos los lugareños, donde se vendían todo tipo de mercaderías, desde papas hasta nafta o cubiertas para los autos. La cabina telefónica, atendida por don Córdoba en la esquina de la manzana de mi casa, pegado a lo de don Tito Pioli. El negocio de la Bocha, donde compraba la revista "Goles" después de que el camión de transporte "Rutazul" traía las revistas los martes a la tarde. La panadería de los Solano, que tenían una canchita de fútbol propia donde he jugado muchas veces, y el local de elaboración y depósito de leña en una esquina característica. El correo que atendía la señora de Italo Cattáneo, el carnicero. La sodería de Japeto Dening, que repartía los sifones en un camioncito todo desvencijado. El bar de Don Sivak, adonde siempre encontraba a mi abuelo materno don Enrique Bolig, quien me compraba caramelos. El bar de Noguera, enfrente de la cancha, donde los más viejos jugaban a las bochas y tenían un anotador de tantos clavado en un árbol. El Fondo Comunal, adonde trabajaban Pata Córdoba y Nungo. La estación de trenes atendida por don Weber, hincha de Estudiantes de La Plata y entonces presidente de la junta de gobierno. Estación en la que también trabajaba don Stagnaro, padre de Miguel y del otro muchacho, apodado Manfoca, que combatió en Malvinas y que es un verdadero orgullo para el pueblo.

Se me pone la piel de gallina. Porque ese es mi lugar en el mundo. El traslado de mi viejo por razones laborales me arrancó de allí y empezó a andar mi vida por otros lados. Pero un pedazo grande de mi corazón se quedó en esa porción de tierra. Lo más importante es que cada uno de nosotros respondamos con orgullo esas dos palabras ante la pregunta sobre nuestro origen. Que no perdamos la oportunidad de decir que somos "mosqueros". No "moqueros", como acá en Córdoba se estila decirles a los que se equivocan muy seguido. "Mosqueros", una raza de buena gente.

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Las fotos de Marta

Desde Concepción del Uruguay, Marta Grassetti nos envía algunas fotos de la zona rural de Las Moscas, y especialmente de los campos que pertenecieron a sus abuelos Jorge Collet e Isabel Sillem, donde su familia vivió entre 1918 y 1948.

Fotos de Marta

En una de las fotos se puede ver el monte donde está la tapera de lo que fue la casa de Carlos Sillem, hermano de mi abuela Isabel Sillem. Allí vivió Luisa Sillem de Bungener, mi bisabuela. Esa casa perteneció luego a Domingo Pioli. En la gran puerta que comunica la cocina con el comedor, existía una pequeña ventana con un mostradorcito, por donde se pasaba la comida sin que los cocineros ingresen al privado ámbito del comedor... Otras épocas...
También hay muchas fotos de la casa que perteneció a mis abuelos y donde más tarde vivió mi tío Roberto "Toto" Collet... Actualmente la habitan sólo algunos meses al año, cuando hay arroz; ahora pareciera que es sólo galpón!!!... Y bueno... Por lo menos aún está en pie!!! Se puede ver el zaguán con la angosta escalera al altillo y la chimenea de barro cocido.
Hay otras fotos del campo árido antes de llegar al arroyo Moscas, con arena blanca y bañados. Las tierras blancas son muy salitrosas, por eso la vegetación cambia tanto en pocos metros... ¿Restos del antiguo mar que cubría Entre Ríos hace millones de años?
Se ve también el puente de palos sobre el arroyo Moscas (bueno... lo que queda del puente...!!!). Fué construído por los vecinos y gente de Santa Anita, para pasar a buscar arena al río Gualeguay para la construcción de la iglesia de Santa Anita. No recuerdo en qué año, pero sería fines de 1800 o principios de 1900; el camino pasaba delante de la casa. Se robaron los durmientes de arriba, de a poco.
También hay un par de fotos de los árboles y molino donde antes estaba la casa de la familia Baccón. Tantos recuerdos reemplazados por... SOJA!
Un saludo grande.


Marta

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