CARGANDO...   Cargando...

El ingeniero Sajaroff (primera parte)

El ingeniero Miguel SajaroffMiguel Sajaroff nació en Mariupol, Crimea (Rusia) el 2 de octubre de 1873. Se casó con Olga Kipen en 1899, con quien el 22 de marzo del mismo año llegó a las orillas del Plata. Se instalan y más tarde compran 500 hectáreas cerca de Las Moscas, y su padre compró la hacienda ya que era un hombre de una familia muy rica.

¿Quién hubiera podido suponer que el joven estudiante, corriendo por las calles de la ciudad alemana donde cursaba su carrera de ingeniero agrónomo, pasaría sus últimos años en un oscuro pueblito de la provincia de Entre Ríos, de un país más ignoto todavía, de nombre desconocido como Argentina? Seguramente que nadie, incluyéndose a sí mismo.
Nacido en una familia acomodada, con todos los privilegios de vivir sin sobresaltos económicos, aceptado por sus condiscípulos, que le perdonaban su origen judío porque lo sentían un igual a ellos por su educación y modo de vida, que lo habían convertido en un completo asimilado a la cultura europea, que hasta practicaba esgrima con sus compañeros alemanes, y le permitieron obtener su título universitario en Berlín, ya que en Rusia a los judíos les estaba completamente prohibido cursar estudios universitarios.
¿Qué lo impulsó a viajar? La inseguridad provocada por el rumor llegado a sus oídos acerca del posible ataque de los esbirros del zar, organizados en un pogrom (que eran los ataques de cosacos contra la comunidad judía, organizados por el Zar), hecho muy extraño, ya que en términos generales esos ataques se producían sólo en las aldeas. Ante ello y frente el inminente peligro en que podría encontrarse su familia, decidió escuchar los consejos de su hermana y cuñado, el doctor Noé Yarcho, que ya habían iniciado el éxodo. Lo convenció a plegarse así a la larga caravana de los que habían partido hacia la Argentina, formando parte del proyecto colonizador del Barón de Hirsch.
Cuando llegaron, fueron a vivir durante el primer año en la casa del doctor Yarcho, hasta que la J.C.A. le arrendó un lote de tierra en Colonia Leven, que gracias a su preparación como ingeniero agrónomo convirtió en poco tiempo en un modelo a seguir por los otros colonos.
Si a él la vida lo había premiado, inclusive al contraer enlace con una muchacha de su misma clase, Olga Kipen, y recibir solo halagos en su fiesta de boda, que duró dos días, y al finalizar su luna de miel viajando por Europa en un vagón cargado de flores, regalo de los invitados, decidieron dejar todo ese bienestar para dirigirse al destino, del que ignoraban todo, tratando de escapar de la inestabilidad y peligro que significaba permanecer en su país natal.
Cuando llegó a esta tierra, llevando el diploma bajo el brazo, no tenía demasiado claro cuáles serían los pasos a seguir, pero de lo que estaba seguro era que su título no sería utilizado para enredarse en papelería burocrática sino que se convertiría en un colono que labraría la tierra extrayendo de ella los mejores resultados, viejo anhelo de sus antepasados, que nunca habían podido llevar a cabo. La necesidad de ayudar a los demás vino después, viendo las condiciones en que se desarrollaban las vidas de esos pobres seres que había llegado antes que él huyendo de la destrucción, la miseria y la muerte.
¿Cómo se habían sentido él y su joven esposa, abandonando el ambiente europeo al llegar a ese desierto en el que todo parecía rechazarlos? Tal vez habrán buscado fuerzas en esa nueva "religión" creada por el conde Tolstoy, al igual que sus parientes y muchos jóvenes de su época, creencia que predicaba el abandono de la riqueza y la total entrega al sacrificio por los demás.
Al llegar, su vocación de servicio habrá sido mucho más fuerte que el ambiente rico y confortable de su entorno europeo que dejaron y entregarse, sin la menor intención de lucrar con el fin de obtener algún beneficio personal, luchando en cambio para que el campesinado saliera de las condiciones miserables en que vivían, intentando que comprendieran que la única salida era unirse entre sí. Gracias a sus ideales no pasó mucho tiempo sin convertirse en el más apasionado defensor de lo que fue su gran creación, la Cooperativa.

El antiguo edificio del Fondo Comunal en Las Moscas
[Clickeá sobre la imagen para agrandar]

Desde el principio fue un dirigente distinto ya que a lo largo de su presidencia en dicha institución no intentó convertirse en maestro o tutor, sino que asumió el papel de consejero por sentirse igual a todos, sin derecho a dar órdenes. Todo lo hizo con total modestia, teniendo siempre el precepto bíblico de "amar al prójimo como a ti mismo", aunque según las palabras de su amigo y colaborador Isaac Kaplan cometió el error de olvidarse de sí mismo.
Durante su gestión la Cooperativa vio disminuir el número de afiliados cada vez que se producía una mala época provocada por las malas cosechas, granizo y otras calamidades. Una de las soluciones fue cambiar trigo por harina, por lo cual en la mesa de los colonos no faltó nunca el pan, logrando gracias a su instancia personal que se firmará un convenio por el cual los campesinos se comprometían a depositar el producto de sus cosechas en un galpón de la sociedad en el que se vendería en común el producto de las mismas.
La iniciativa tuvo que vencer los intereses de los comerciantes inescrupulosos, que veían en ese proyecto una disminución de sus ganancias y como primera medida intentaron que Sajaroff no encontrara al llegar ningún galpón disponible en la Estación "Las Moscas", pero a pesar de los escollos que pusieron para entorpecer sus planes, fracasaron en su intento ya que se dirigió a Gualeguaychú donde encontró a los pocos días uno para armar, después de lo cual comenzaron a llegar de todas las colonias vecinas carros cargados de trigo y lino, y una vez llenado el galpón, se cargaron nuevamente los vagones, volviéndose a ocupar los graneros y seguir haciendo lo mismo.
Sajaroff visitada el lugar diariamente y ese año, 1908, se entregaron 2400 toneladas de cereales, con gran beneficio para los colonos que los habían cosechado y ese primer intento tuvo tanto éxito que se abrieron pronto graneros en Las Moscas, Domínguez y Clara.
Otras de las medidas adoptadas por el Fondo Comunal durante su presidencia fue inaugurar cursos nocturnos para adultos y jóvenes y cuando la J. C. A. cerró la escuela de la colonia Barón de Hirsch aduciendo que a la misma concurrían sólo 38 alumnos, al no estar de acuerdo con esa medida, Sajaroff decidió crear nuevos cursos que permitieron a los recién llegados aprender el nuevo idioma.
Durante el período 1908-1909, el Fondo adquirió alambres que fueron utilizados para limitar las chacras, compró arados, atadoras y otras máquinas, se repartieron semillas, bolsas e hilos a sus asociados, se repararon los caminos, se fundaron bibliotecas, tarea que estuvo a cargo de la juventud; se adquirió una imprenta propia, se publicó "El Colono Israelita", participó en el Congreso de Mutualidades en San Pablo, Brasil; se habilitó un almacén de consumo que reemplazó al de la Jewish que cobraba lo que vendía a precios leoninos.
La gran desgracia que significó para él el deceso del que fue su entrañable amigo y hermano Noé Yarcho lo dejó solo frente al Fondo Comunal, y la institución decidió hacerse cargo del sepelio de uno de sus creadores, pero ese triste acontecimiento no lo detiene y en cambio obra como un impulso y en 1913 se procede a separar el Hospital y la Biblioteca de la Cooperativa para establecer la diferencia entre cooperativismo y mutualismo, ya que las mismas debían ser desarrolladas en forma distinta.
Se hizo un llamamiento en ídish en "El Colono Israelita" proveniente del Fondo Comunal respecto al canje de trigo por harina, el cual se podía leer "PAN PARA COMER", además de las siguientes palabras:
"Es sencillamente increíble que quienes producen pan para todo el mundo no tengan ellos para comer. Pero es en verdad deplorable que inmediatamente después de las cosechas, muchos colonos deben pedir prestada una bolsa de harina; esto ya se ha hecho crónico en todas las colonias...".
Agregando:
"Señores Asociados: Eso depende de ustedes. Por lo mismo confiamos en que entenderán y la concretarán en la práctica". Para terminar diciendo: "Si no lo hago por mi ¿quién lo hará? Si no me ocupo yo mismo, ¿quién se ocupara de ello?".
Los campesinos, prestando atención a lo solicitado, al entregar la bolsa de harina recibían en cambio un vale que acreditaba su envío a la Cooperativa.
Isaac Kaplan, gerente de la Cooperativa, refiriéndose a la situación económica de la misma, en 1912 dice en la misma publicación: "... Antes que nada, seguramente querrá usted saber que tal anda o no anda el Fondo Comunal. Sí, amigo mío, no anda, se bambolea y se invierte toda la energía para que bamboleándose no pierda el equilibrio. Es bastante difícil evitarlo, puesto que hay varios señores generosos que tratan de empujarla para que caiga lo más pronto posible. Sin embargo creo que superaremos todas las dificultades".
Poco después de publicado este informe, la situación pudo superarse gracias a la esforzada labor de todos sus miembros, en especial del citado Kaplan, amigo y colaborador de Sajaroff.
Su casa estuvo siempre abierta para todos aquellos que necesitaran de ayuda y no se negó nunca a la solicitud de algún colono que solicitara su firma para un crédito del Banco Provincial de Villaguay o le pidiera salir de garantía para algún préstamo personal, deuda de la que muchas veces debía hacerse cargo poco tiempo después. La misma situación ocurría cuando el dinero salía de su propio bolsillo. Ninguna de estas experiencias me resultaban aleccionadoras, a pesar de los consejos de su amigo Kaplan, que siendo más práctico y realista le advertía que no persistiera en esa actitud, pero era inútil; la misma se repetía una y otra vez.
Entre los años 1909-1910 se perdió buena parte de la cosecha motivados por la langosta y la sequía, así como bajó la producción láctea; una desgracia similar ocurrió entre los años 1912 y 1913, por lo cual el Fondo se hizo cargo del levantamiento de la misma, que se perdió totalmente por el exceso de lluvias.
Perdió todo menos la fe en los otros y hasta en sus últimos años tuvo que abandonar su establecimiento y su casa denominada "La Granjita", ubicada en la colonia Leven; pudiendo subsistir gracias a la ayuda del Fondo Comunal.
No creía en la maldad humana, y cuando se le informaba de algún robo sus palabras eran sólo de perdón y sus amigos, sin comprender su actitud, intentaban que se erigiera en acusador de algún ladrón; se sorprendían al escucharle decir "es una falla, pero es un buen hombre", y al instarle a que diera parte a la policía, afirmaba "yo no conozco el reglamento de la policía, pero me interesa mucho más la ley humana".
Con el tiempo, los colonos fueron prosperando, sobre todo cuando se les adjudicó mayor cantidad de hectáreas, con lo que pudieron adquirir mejores equipos de labranza y ganado, pero la mayoría no pudo superar las condiciones de pobreza con las que se habían encontrado a su llegada, debido a la falta de recursos y a los inconvenientes climáticos así como también los imponderables que aparecían con el entorno, en el que no faltaban aquellos que se aprovechaban de su miseria e ignorancia, como cuando les otorgaban créditos a los campesinos con los que se los ahorcaba, y al no poder pagar la deuda contraída a término, ésa con la que habían intentado alimentar a las familias, perdían sus campos y sus bienes, y sin tener otra salida iniciaban un nuevo éxodo y se dirigían a la ciudad, donde las condiciones de vida no eran mucho más favorables, sobre todo al principio...

El Fondo Comunal en Las Moscas
[Clickeá sobre la imagen para agrandar]

La creación del Fondo Comunal no fue casual; era la respuesta para encontrar la solución de los inmigrantes que al transplantarse desde su lejana aldea a ese nuevo país del que desconocían el idioma y costumbres, debieron enfrentar un nuevo comienzo, tarea nada sencilla sobre todo para aquellos no demasiado jóvenes. Yarcho y Sajaroff lo entendieron así y al cabo de algunos años, don Miguel y su cuñado a medida que se fueron interiorizando de todos esos problemas, comenzaron a soñar con crear un centro que ayudara a solucionarlos y al mismo tiempo que fuera un lugar en que se desarrollara una actividad social, dotado de una buena biblioteca que los distrajera de las penurias que debían enfrentar, despertara sus inquietudes culturales y comenzara a germinar la idea del cooperativismo, que tendría como objeto la unión de los campesinos, ya que ayudando a los demás se ayudarían a sí mismos.
Como primer comienzo se organizó un seguro que cubrió los daños producidos en las parvas por los incendios y otros riesgos, llegando a constituir un fondo de dinero que pasó luego al Fondo Comunal, teniendo su antecedente más directo en el Farain, organizado en Lucienville, que tomó a su cargo la defensa de los intereses económicos de la gente de la colonia.
El Fondo Comunal comenzó en 1904 en Colonia Clara. Los asociados debían abonar tres pesos mensuales, por lo cual casi de inmediato obtenían beneficios prácticos, ya que como primera medida pudieron obtener un préstamo de dinero que constituyó un importante espaldarazo para el desarrollo de su trabajo.
En 1908, cuando Sajaroff se hizo cargo de la presidencia de la entidad, los colonos recién se apercibieron que habían encontrado su lugar de pertenencia, el de la unión entre ellos, sobre todo cuando el Fondo se hizo cargo de la venta de cereales y se llegó a pagar 60 centavos más por cada fanega de trigo en relación con otras casas cerealistas. Esa creación constituyó su mayor preocupación a lo largo de la vida y al iniciarla como vocal directivo no imaginó que llegaría a ser el alma de la institución pocos años después.
La organización bajo su dirección organizó bibliotecas, el servicio sanitario, mejoró los caminos, construyó puentes, proveyó de semillas a los que perdían sus cosechas, se ocupó del perfeccionamiento de la raza vacuna lechera adquiriendo un plantel de vacas holandesas, introdujo mejoras en las semillas de trigo, lino y maíz, todo lo cual contribuyó a que al presentarse en las exposiciones agrícolas las colonias fueron premiadas con medallas y diplomas.
En 1909, a un año de su llegada a la presidencia, se organizaron giras por distintas colonias israelitas con el fin de que se adhirieran al Comité Central y de ese modo, éste estuviera en condiciones de defender los intereses comunes.
Tomó como ejemplo la constitución de la cooperativa creada por un grupo de obreros textiles de Rochdale (Inglaterra) cuyos principios adaptó a las necesidades locales y dedicó toda su vida a dejar bien en claro que las puertas de la cooperativa deberían estar siempre abiertas para aquellos que compartieran los mismos ideales sociales, sin que se debieran tener en cuenta las diferencias religiosas o políticas. No se contentó sólo con ese logro sino que a los pocos años fundó la Fraternidad Agraria, constituida por las cooperativas de las colonias agrícolas israelitas de distintas provincias.
Pronto la situación se hizo difícil de solucionar, debido a los continuos conflictos que surgían entre sus asociados, por lo cual se constituyó una Comisión de Arbitraje, presidida por él, que se reunía una vez por semana y en la cual se recibían las presentaciones y se emitían los fallos, como por ejemplo en algunas situaciones, cuando un colono prestaba dinero a otro sin mediar un documento que atestiguara el préstamo y al paso del tiempo, si el deudor no pagaba la suma adeudada se hacía intervenir a la Comisión.
Los que lo escucharon al frente de la cooperativa fueron sus principales admiradores y a pesar de que en muchos casos no era el ejecutor de lo que proponía, fue su principal inspirador. El lenguaje de sus discursos era simple y accesible, hablando a los otros como sus iguales, sin tiranía ni falsas posturas de sabelotodo.
Su tarea no le resultó sencilla: en muchos casos la vanidad, la competitividad, la urgencia de ocupar los primeros planos, fueron escollos con los que tuvo que luchar con la fuerza de su modestia y hombría de bien. Fue el primero en acercarse a los demás, sin darle importancia al hecho de provenir de una familia acaudalada y en muchos casos con una educación distinta, pero su gran logro fue aceptar el cambio de su modo de vida, totalmente distinta a la que había vivido siempre, haciéndolo con gran espíritu de entrega y sacrificio.
Gracias a su cultura europea hablaba inglés, francés, ruso y alemán, ignorando el ídish y el castellano, idiomas que recién aprendió en su trato con los que habían llegado antes que él y su jerigonza terminaba siendo una mezcla de términos de los idiomas que dominaba.
A pesar de su modestia, la pareja tenía muy poco que ver con los que habían llegado en el éxodo proveniente de las aldeas arrasadas por el odio y el antisemitismo. Su entorno había sido el de la ciudad, llegando a ser excelentes músicos y gozando de los privilegios de la asimilación, sin tener que sufrir, por lo menos en apariencia, el rechazo por su condición de judíos en los ambientes que alternaban.

FIN DE LA PRIMERA PARTE
Extractado del libro "Los otros gauchos judíos", de la escritora Myriam Escliar.

7 comentarios:

Gustavo Sajaroff escribió sobre este tema...

Estimado Gabriel.
miguel Sajaroff era mi bisabuelo. Estaba buscando información sobre él y me encontré con tu blog. Muy interesante.
Mi abuelo era Noé Sajaroff, hijo de Miguel.

Muchas Gracias !

mariel perez escribió sobre este tema...

hola ... yo vivo en sajaroff ...
y junto con mis compañeros en el colegio publicamos noticias en un diario de la ciudad de villaguay y si tenes informacion, historias o fotos de tu abuelo me gustaria que te pucieras en contacto conmigo... este en mi facebook http://www.facebook.com/profile.php?id=100001608891412 muchas gracias .. saludos

Anónimo escribió sobre este tema...

Mi padre nacio en LA CAPILLA, hoy ING. SAJAROFF,aun hoy tengo familiares en ese lugar donde voy cada vez que visito mi pueblo VILLA CLARA donde naci y vivi, mi tia que vive alli es "la chela" que fue portera de la escuela por muchos años,tambien tengo un blog villaclaraentrerios donde pongo fotos de SAJAROFF,.
Estaba buscando comunicarme con elguien de Sajaroff para que no pase lo que paso en Clara con motivo de los 100 años,, donde estuvimos muchos y no nos encontramos, por no reconocernos despues de tanto tiempo ,,, yo se que ustedes estan proximos a realizar el festejo de los 100 años de vuestra escuela por lo tanto les dejo el consejo de dejar que suban los visitantes al eccenario y digan quienes son para que sus compañeros los reconozcan, de esa manera se reencontraran todos, y no como paso en Clara, por cualquier duda en mi blog encontraras para comunicarte.-
Hector Monzalvo

Anónimo escribió sobre este tema...

Muy lindo comentario, les haré leer a mis hijos, tantos años de vivir allí, recuerdos,infancia, muy emocionante leer esto

Anónimo escribió sobre este tema...

MI MADRE ES SILVIA SAJAROFF, MI ABUELA ERA LUISA MANETTI DE SAJAROFF, MI ABUELO ERA OSCAR SAJAROFF, MI TIO ES MIGUEL ANGEL SAJAROFF. Q LINDO TODO ESTO

Ivan Sajaroff escribió sobre este tema...

Mi tatara abuelo era Miguel Sajaroff y buscando información de su historia me encontré con tu blog. ¡Muy bueno!

Unknown escribió sobre este tema...

Bien por esos valiosos comentarios; en 1976 egresé de esa escuela en Ingeniero Miguel Sajaroff, tenía doce años...transcurrieron 51 años, Gracias CHELA...quiero visitarte...Sra Teresa Bubis de Acst...

¿Querés dejarnos tu comentario?