Los invitamos a disfrutar de otro cuento "mosquero" enviado por Gustavo Baccón, con una temática referida al acto eleccionario del día de hoy.
Como a las seis ya estaba levantado.
No es que no madrugara seguido, pero últimamente entre el hacha de día y el gurisito de noche lo tenían cansado y mal dormido, así que en estos tiempos le costaba bajar los pies de la cama…
De todas formas se puso en movimiento a la hora de todos los días.
-Es domingo, Beto- le dice la Mary entre sueños -quedate un rato más…
Él se sigue vistiendo, despación como para un baile… pero de mañana.
-Voy a atar el sulky- susurró con voz cansina de fumador añejo- tengo los caballos en el corral desde anoche.
-¡Lástima que llueve!- dijo la Mary desde las sábanas- hace frío y al Jorgito le va a hacer mal. Yo quería ir en la Estanciera…
-Hay barro- dice el dueño de casa, sabiendo que la tierra era un pegote, como una masa plástica y porfiada que no dejaría rodar ni cien metros al viejo vehículo.
Aunque en lo más íntimo de sus tripas agradeció a la lluvia, pues la plata escaseaba hace bastante y la nafta era un recuerdo en el tanque de la gastadora utilitaria. Pero él escondía esa realidad. Total, para qué preocupar a la doña si no tenía mucho más por hacer que darle al hacha y la motosierra, sólo para esperar que venga ese camión que se llevaba miles de kilos de árboles muertos a cambio de unos pocos pesos.
No dijo nada más y enfiló al galpón de los arreos, sacó bozales para dos pingos ya que el sulky se pone pesado en estos días y caminó como un zombi en dirección al corral.
Y así, como de pasada, ve un reflejo de otros tiempos, un resumen de lo que le pasó en la vida de pequeño productor que no llegó a modernizarse nunca, un "Pampa"… ese viejo proyecto que Perón le copió a los alemanes para que en otros tiempos los productores "chicos" tuvieran acceso a la maquinaria agrícola en forma de tractor.
Claro que de a poco se quedó sin cubiertas; las hectáreas las gastaron junto a sus propias esperanzas, y hoy es sostenido por troncos para que no se entierre en el suelo del galpón sin piso…
-Lo voy a vender- pensó -¡Como para volver a sembrar estoy!
Agarra los caballos con toda la resignación del mundo. Pensaba que ese día se olvidaría un poco de algunas cosas; que después de dos horas en el sulky llegaría a Moscas; que votaría en las elecciones, como hace dos años…
El partido ya está decidido: el mismo de hace dos años, si total la cosa no cambió nada nunca, vote a quien vote. En el pueblo lo esperaría el asado, pagado como hace dos años por la persona que lo paga siempre el día de las elecciones.
Por lo menos se juntaría con viejos amigos y conversaría, mientras la Mary haría lo mismo con las otras mujeres…
Después, con el hijo, la mujer y el sulky, por el camino de vuelta, tras dos horas de barriales y sudor de caballos; a la noche bajo la luz de un farol a kerosén que tiene mas de cincuenta años, escuchará en la radio, que compró a sus catorce con un ternero que su papá le regaló para que lo críe guacho, unos chamamés mezclados con los resultados de las elecciones… tal cual hace dos años…
Y esa noche, quién sabe, tal vez la Mary le diga:
-Y si vendés el tractor, aunque sea para echarle nafta a la Estanciera… Total, ya no vamos a sembrar más…
Como hace dos años…
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